11. El fin de los tiempos (Guía de Discusión)
11.1 ¿Qué dice la Biblia acerca de la segunda venida de Cristo?
En realidad, ¡mucho! Para empezar, sabemos que Jesús regresará de manera similar a como se fue, y que todos lo verán y conocerán de forma instantánea. Además, se nos pide estar preparados para resistir las falsas enseñanzas que abundarán al acercarse el fin de este mundo.
- ◊ [Jesús dijo] «Porque surgirán falsos cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios para engañar, de ser posible, incluso a los elegidos. Pero ustedes, tengan cuidado. Ya los he prevenido de todo. En aquellos días, después de esa gran aflicción, sucederá que el sol se oscurecerá y la luna dejará de brillar; las estrellas caerán del cielo y los poderes celestiales se estremecerán. Entonces verán al Hijo del Hombre venir en las nubes con gran poder y gloria, y él enviará a sus ángeles para reunir a sus elegidos de los cuatro vientos, desde los extremos de la tierra hasta los extremos del cielo» (Marcos 13:22-27).
- Para reflexionar:
- ¿Qué siente al pensar en la segunda venida de Cristo?
11.2 ¿Qué hará Jesús cuando venga otra vez?
La Biblia enseña que, cuando Jesús venga otra vez, hará una serie de cosas.
1. Resucitará a los muertos:
- ◊ «Sino que el Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero» (1 Tesalonicenses 4:16).
2. Juzgará a todas las personas:
- ◊ «Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo bueno o lo malo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo» (2 Corintios 5:10).
3. Acabará con este mundo lleno de problemas, y creará un cielo y una tierra nuevos que serán perfectos:
- ◊ «Pero, según sus promesas, nosotros esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, donde reinará la justicia» (2 Pedro 3:13).
- Para reflexionar:
- ¿Cuál de los tres puntos anteriores le trae consuelo?
- ¿Cuál de ellos le incomoda? ¿Por qué?
11.3 ¿Qué pasará con los creyentes cuando Jesús regrese?
Cuando Jesús vuelva, inmediatamente sanará y transformará los cuerpos de todos los creyentes que viven, y los hará inmortales. También hará que los espíritus de quienes han muerto en la fe se reúnan con sus cuerpos perfectos resucitados. Entonces disfrutaremos de paz y felicidad en la vida eterna junto a Dios.
- ◊ «Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; él transformará el cuerpo de nuestra humillación, para que sea semejante al cuerpo de su gloria, por el poder con el que puede también sujetar a sí mismo todas las cosas» (Filipenses 3:20-21).
11.4 ¿Qué sucede cuando muere un creyente?
Uno de los pasajes más famosos de las Escrituras sobre el tema, es cuando el ladrón en la cruz al lado de Jesús confesó su culpa y oró: «Acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». Jesús le dijo: «De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso» (Lucas 23:42-43). A través de esta promesa Jesús reveló que, luego de nuestra muerte, nuestras almas estarán al instante con él. Esta verdad es una alegría eterna para recibir con los brazos abiertos.
- ◊ «Aunque deba yo pasar por el valle más sombrío, no temo sufrir daño alguno, porque tú estás conmigo; con tu vara de pastor me infundes nuevo aliento. Me preparas un banquete a la vista de mis adversarios; derramas perfume sobre mi cabeza y me colmas de bendiciones. Sé que tu bondad y tu misericordia me acompañarán todos los días de mi vida, y que en tu casa, oh SEÑOR, viviré por largos días» (Salmo 23:4-6).
- Para reflexionar:
- ¿Qué consuelo especial nos da esta promesa de Jesús?
11.5 ¿Debo tener miedo de todo esto?
Eso depende de su fe. Si se arrepiente de sus pecados, y confía en que Dios le perdona sus pecados por el sacrificio que Jesucristo hizo en la cruz, no tiene nada que temer con respecto al fin del mundo. Al contrario, ese día será un día de gran alegría, ¡porque nuestro salvador Jesús regresará para restaurar la creación y a todos los creyentes!
- ◊ [Jesús dijo] «Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, se sentará en su trono de gloria, y todas las naciones serán reunidas ante él. Entonces él apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor a las ovejas de los cabritos. Pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda, y entonces el Rey dirá a los de su derecha: ‘Vengan, benditos de mi Padre, y hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo'» (Mateo 25:31-34).
Con fe en Cristo no hay nada que perder y mucho que ganar con el regreso de Jesús al final de los tiempos. Esta es la razón por la que de vez en cuando se escucha a los cristianos decir algo así como: «Señor, ven pronto». Porque él va a poner fin a todo el dolor, el sufrimiento y el pecado que tenemos que soportar en este mundo. Esto dará paso a una vida eterna con Dios en justicia, inocencia y bienaventuranza sin fin.
- Para reflexionar:
- Si muriera hoy, ¿estaría seguro de ir al cielo? ¿Por qué sí, o por qué no?
11.6 ¿Qué sucede con las personas que no creen en Jesucristo como su Salvador?
Quienes rechazan a Cristo recibirán el castigo eterno en el infierno. Es por ello que los cristianos sienten la necesidad imperiosa de compartir el Evangelio de Jesús: para que la mayor cantidad de personas se puedan librar del infierno.
- ◊ «Entonces dirá también a los de la izquierda: ‘¡Apártense de mí, malditos! ¡Vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles!'» (Mateo 25:41).
La muerte corporal es resultado del pecado. Al morir, el espíritu de una persona incrédula abandona el cuerpo y sufre el dolor y tormento del infierno mientras espera el regreso de Jesús en el Día del Juicio, cuando el cuerpo será resucitado y se reunirá con el alma para sufrir en el infierno para siempre.
- ◊ «Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua» (Daniel 12:2).
Puede ser difícil aceptar que un Dios amoroso castigue a sus criaturas de forma tan terrible. Pero la Biblia es muy clara al respecto, sin dejar lugar a dudas o ilusiones. Dios es absolutamente santo y justo. Él demostró su gracia y amor al proporcionar un Salvador de ese tormento. Pero cuando una persona por la que Cristo murió rechaza el camino de la salvación, entonces Dios con justicia le condena a la pena eterna del infierno.
- ◊ «Cualquiera que desobedece la ley de Moisés, muere sin falta, siempre y cuando haya dos o tres testigos que declaren en su contra. ¿Y qué mayor castigo piensan ustedes que merece el que pisotea al Hijo de Dios y considera impura la sangre del pacto, en la cual fue santificado, e insulta al Espíritu de la gracia? Bien sabemos que el Señor ha dicho: «Mía es la venganza, yo pagaré», y también: «El Señor juzgará a su pueblo». ¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo!» (Hebreos 10:28-31).
- Para reflexionar:
- ¿Qué nos dicen estos pasajes acerca del carácter de Dios?
11.7 ¿Cuándo se decide mi destino eterno?
Mi destino eterno se decide por mi estado de fe o incredulidad en el momento de mi muerte. Después de morir ya no podemos cambiar nuestra condición; no hay una segunda oportunidad, ni una oferta especial de gracia y perdón. Para los muertos resucitados, el juicio final no es más que el gran final del mundo actual. Su destino eterno ya se pronunció de forma individual en el momento de su muerte. En el juicio, la sentencia será confirmada públicamente. Quien muere en la fe no tiene que temer por su alma después de la muerte, ni por su cuerpo y alma en el Día del Juicio.
- ◊ [Jesús dijo] «El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, será condenado» (Marcos 16:16).
11.8 ¿Entonces mi cuerpo se levantará de la tumba?
¡Sí! Esta promesa de Dios la repetimos cada vez que nos reunimos a adorar, a través de una de las antiguas confesiones cristianas (credos) de fe, y es la razón por la cual a menudo decimos que Jesús es el «primogénito de entre los muertos» (ver Apocalipsis 1:5). En realidad, todas las personas se levantarán de sus tumbas, creyentes y no creyentes por igual. Lo que será diferente será el destino final de cada uno: los creyentes serán recibidos en el gozo del cielo, mientras que los no creyentes irán al infierno.
- ◊ [Jesús dijo] «No se asombren de esto: Vendrá el tiempo cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; pero los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación» (Juan 5:28-29).
- ◊ «Pero nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo; él transformará el cuerpo de nuestra humillación, para que sea semejante al cuerpo de su gloria, por el poder con el que puede también sujetar a sí mismo todas las cosas» (Filipenses 3:20-21).
- ◊ «Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua» (Daniel 12:2).
11.9 ¿Voy a tener cuerpo en el cielo?
El libro de Génesis describe el Jardín del Edén como un mundo físico donde Adán y Eva caminaron y hablaron en la presencia de Dios. La Biblia describe los nuevos cielos y la nueva tierra de una manera muy parecida: un lugar físico glorioso donde viviremos con nuestros cuerpos resucitados.
- ◊ «Tal vez alguien pregunte: ¿Y cómo resucitarán los muertos? ¿Con qué cuerpo vendrán? (…) Así será también en la resurrección de los muertos: Lo que se siembra en corrupción, resucitará en incorrupción; lo que se siembra en deshonra, resucitará en gloria; lo que se siembra en debilidad, resucitará en poder» (1 Corintios 15:35-42).
Dios describe este mundo perfecto en el que vamos a vivir para siempre en el Antiguo y el Nuevo Testamento:
- ◊ «¡Fíjense bien! ¡Ya estoy creando nuevos cielos y nueva tierra! De los primeros, nadie volverá a acordarse, ni los traerá más a la memoria. Al contrario, ustedes se alegrarán y regocijarán siempre en lo que voy a crear. Estoy por crear una Jerusalén alegre y un pueblo gozoso. Yo me alegraré con Jerusalén; me gozaré con mi pueblo, y nunca más volverán a oírse en ella voces de llanto ni de clamor. No habrá en ella niños que mueran a los pocos días, ni ancianos que no cumplan sus años de vida (…) El lobo y el cordero descansarán juntos, el león comerá paja como el buey, y la serpiente se alimentará con el polvo de la tierra. En todo mi santo monte no habrá aflicción ni nadie hará daño a nadie. Yo, el SEÑOR, lo he dicho» (Isaías 65:17-20a, 25).
- ◊ «Vi entonces un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, y el mar tampoco existía ya. Vi también que la ciudad santa, la nueva Jerusalén, descendía del cielo, de Dios, ataviada como una novia que se adorna para su esposo. Entonces oí que desde el trono salía una potente voz, la cual decía: «Aquí está el tabernáculo de Dios con los hombres. Él vivirá con ellos, y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos y será su Dios. Dios enjugará las lágrimas de los ojos de ellos, y ya no habrá muerte, ni más llanto, ni lamento ni dolor; porque las primeras cosas habrán dejado de existir». El que estaba sentado en el trono dijo: «Mira, yo hago nuevas todas las cosas». Y me dijo: «Escribe, porque estas palabras son fieles y verdaderas» (Apocalipsis 21:1-5).
- Para reflexionar:
- ¿Qué contrastes marcan estos pasajes entre nuestro mundo actual y el glorioso mundo que Jesús creará cuando regrese?
11.10 ¿Cuál es la mejor manera de vivir hasta entonces?
Con fe en la Palabra de Cristo estamos a salvo, no importa si el mundo se acaba mañana o si morimos en un accidente automovilístico esta noche. Por lo tanto, al tener fe podemos disfrutar de la expectativa de las cosas maravillosas por venir, y al mismo tiempo compartir nuestra esperanza con tantas personas como quieran escuchar.
- ◊ [Jesús dijo] «No tengas miedo de lo que vas a sufrir, pues el diablo pondrá a prueba a algunos de ustedes y los echará en la cárcel, y allí tendrán que sufrir durante diez días. Tú sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida» (Apocalipsis 2:10).
- ◊ Y [Jesús] les dijo: «Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura. El que crea y sea bautizado, se salvará; pero el que no crea, será condenado» (Marcos 16:15-16).