6. El Espíritu Santo (Guía de Discusión)
6.1 ¿Quién es el Espíritu Santo?
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad-un Dios con el Padre y el Hijo.
- ◊ Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad (2 Corintios 3:17).
El Espíritu Santo no es simplemente el poder impersonal o la energía de Dios. Él es verdaderamente Dios-un Ser personal. Jesús lo describió como nuestro Ayudador, Consolador y Consejero. Él nos da fuerza para que vivamos de tal forma que nuestras vidas agraden a Dios, y no da los dones que nos ayudan a alcanzar el propósito con el cual fuimos creados.
6.2 ¿Desde cuándo existe el Espíritu Santo?
El Espíritu Santo es Dios verdadero y eterno. Él ya estuvo presente en la creación del mundo. La Biblia nos dice:
- ◊ La tierra estaba desordenada y vacía, las tinieblas cubrían la faz del abismo, y el espíritu de Dios se movía sobre la superficie de las aguas (Génesis 1:2).
También estuvo activo en la vida de los seguidores de Dios desde el principio de los tiempos. Por ejemplo a Josué, una persona del Antiguo Testamento, se le describió como alguien en quien moraba el Espíritu Santo.
- ◊ Y el Señor le dijo: «Pues toma a Josué hijo de Nun, que es un hombre con espíritu. Pon tu mano sobre él» (Números 27:18).
6.3 ¿Cuál es la tarea del Espíritu Santo?
Dios Padre y Jesús enviaron al Espíritu Santo para difundir el mensaje de salvación por medio de Jesucristo de diversas formas.
- 1. Inspiró a cada uno de los escritores de la Biblia, dándoles cada palabra que habría de ser escrita. Recordemos que la Biblia no es una invención humana, sino ¡un producto del Espíritu Santo!
- ◊ Porque la profecía nunca estuvo bajo el control de la voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron bajo el control del Espíritu Santo (2 Pedro 1:21).
- 2. Estuvo presente de maneras clave en la obra del Hijo, Jesucristo.
- El Espíritu Santo es un obrador poderoso de milagros que son instrumentales en el plan de Dios de salvación. Por ejemplo, hizo que la virgen María quedara encinta con el Hijo de Dios.
- ◊ El nacimiento de Jesucristo fue así: María, la madre de Jesús, estaba comprometida con José, pero antes de unirse como esposos se encontró que ella había concebido del Espíritu Santo (Mateo 1:18).
- Confirmó a Jesús como el verdadero Hijo de Dios.
- ◊ Y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma. Entonces vino una voz del cielo, que decía: «Tú eres mi Hijo amado, en quien me complazco» (Lucas 3:22).
- A Jesús se le llamó el «Cristo», porque fue ungido con el Espíritu Santo.
- ◊ Jesús volvió del Jordán lleno del Espíritu Santo, y fue llevado por el Espíritu al desierto (Lucas 4:1).
- El Espíritu de Dios vivió dentro de Jesús, dándole fuerzas para lograr su misión de salvación.
- ◊ Ese mensaje dice que Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo y con poder, y que él anduvo haciendo el bien y sanando a todos los que estaban oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él (Hechos 10:38).
- 3. El Espíritu Santo nos enseña el mensaje de Jesús y, por medio de ese mensaje, nos da fe en él.
- ◊ [Jesús dijo] Pero cuando venga el Consolador, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre y a quien yo les enviaré de parte del Padre, él dará testimonio acerca de mí (Juan 15:26).
- Para reflexionar:
- ¿Qué papel juega el Espíritu Santo en su vida?
6.4 ¿Cómo dio nacimiento el Espíritu Santo a la iglesia cristiana?
(1) El Espíritu Santo hizo nacer a la iglesia en el día de Pentecostés. Los discípulos de Jesús fueron llenos con el Espíritu Santo y se les dio el don de hablar en diferentes idiomas.
- ◊ Todos ellos fueron llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu los llevaba a expresarse (Hechos 2:4).
La audiencia, que provenía de diferentes países, entendió las buenas nuevas de salvación en Jesús, profesó su fe en él, y fue bautizada. Ese día miles de personas fueron llevadas a la fe, dando comienzo así a la era de la iglesia cristiana del Nuevo Testamento.
(2) Después de reunir a la iglesia cristiana, el Espíritu Santo educó a la comunidad del pueblo de Dios para que se cumpliera la misión de Dios de llegar a todo el mundo.
- ◊ Mientras tanto, las iglesias en toda Judea, Galilea y Samaria vivían en paz y eran edificadas en el temor del Señor, y su número iba en aumento por la fuerza del Espíritu Santo (Hechos 9:31).
- Para reflexionar:
- Uno de los argumentos más comunes que utilizan las personas para no comprometerse con la iglesia, es decir que la iglesia está llena de hipócritas. Recordando que el Espíritu Santo está continuamente obrando en su Iglesia, ¿qué les podemos responder?
6.5 ¿Qué papel juega el Espíritu Santo en la vida de los creyentes?
El Espíritu Santo hace que creamos en Jesucristo. Por nosotros mismos no tenemos la capacidad de llegar a la fe en Jesucristo, sino que es el Espíritu Santo quien crea la fe en nosotros y nos permite confesar el nombre de Jesús.
- ◊ Por tanto, quiero que sepan que nadie que hable por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; y que nadie puede llamar «Señor» a Jesús, si no es por el Espíritu Santo (1 Corintios 12:3).
El Espíritu Santo es la presencia sobrenatural de Dios, quien hace lo que él quiere donde él quiere, y nos da nueva vida en él-un regalo que sólo podemos recibir de él.
- ◊ Jesús le respondió: «De cierto, de cierto te digo, que el que no nace de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne, carne es; y lo que nace del Espíritu, espíritu es. No te maravilles que te dije que es necesario que ustedes nazcan de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y lo puedes oír; pero no sabes de dónde viene, ni a dónde va. Así es todo aquel que nace del Espíritu». Nicodemo le preguntó: «¿Y cómo es posible que esto suceda?» (Juan 3:5-9).
El Espíritu Santo nos da la seguridad de nuestra salvación en Jesucristo. Esta seguridad la recibimos a través de las promesas de la Biblia y de la obra tangible del Espíritu Santo en el Bautismo y en la Santa Cena.
- ◊ También ustedes, luego de haber oído la palabra de verdad, que es el evangelio que los lleva a la salvación, y luego de haber creído en él, fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa (Efesios 1:13).
El Espíritu Santo cambia los corazones y las vidas. Jesús enseñó claramente que el Espíritu Santo, llamado «el Ayudador» y «el Consolador», sería el único capaz de convencernos del pecado y guiarnos a la vida nueva en Jesús.
- ◊ (Jesús dijo) Pero ahora vuelvo al que me envió; y ninguno de ustedes me pregunta: «¿A dónde vas?» Al contrario, por esto que les he dicho, su corazón se ha llenado de tristeza. Pero les digo la verdad: les conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a ustedes; pero si me voy, yo se los enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me verán más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ya ha sido juzgado (Juan 16:5-11).
- Para reflexionar:
- Los discípulos de Jesús estaban tristes porque pensaban que, al separarse físicamente de él, iban a quedar desamparados para siempre. Sin embargo, Dios ya tenía un plan para que no fuera así. ¿Recuerda alguna ocasión en que pensó que iba a quedar desamparado y sin embargo Dios le proveyó lo que necesitaba?
6.6 ¿Cómo podemos saber que el Espíritu Santo está en nosotros?
Dios dice que el Espíritu Santo vive en nosotros porque Jesús nos compró cuando pagó el precio por nuestros pecados muriendo en la cruz.
- ◊ ¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo del Espíritu Santo, que está en ustedes, y que recibieron de parte de Dios, y que ustedes no son dueños de sí mismos? Porque ustedes han sido comprados; el precio de ustedes ya ha sido pagado. Por lo tanto, den gloria a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios (1 Corintios 6:19-20).
Dios dice que, en el bautismo, el Espíritu Santo nos perdona nuestros pecados, y nos da una vida nueva.
- ◊ Y Pedro les dijo: «Arrepiéntanse, y bautícense todos ustedes en el nombre de Jesucristo, para que sus pecados les sean perdonados. Entonces recibirán el don del Espíritu Santo. Porque la promesa es para ustedes y para sus hijos, para todos los que están lejos, y para todos aquellos a quienes el Señor nuestro Dios llame» (Hechos 2:38-39).
- ◊ Porque en otro tiempo nosotros también éramos insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de los malos deseos y de diversos deleites; vivíamos en malicia y envidia, nos aborrecían y nos aborrecíamos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, y no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo, nuestro Salvador, para que al ser justificados por su gracia viniéramos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna (Tito 3:3-7).
Dios dice que, a través de la Palabra, el Bautismo y la Santa Cena, el Espíritu Santo nos da poder para que vivamos una vida que agrade a Dios (esto se llama «santificación»).
- ◊ Y eso eran algunos de ustedes, pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios (1 Corintios 6:11).
- Para reflexionar:
- ¿De qué maneras agrada a Dios con su vida?
- ¿De qué maneras no agrada a Dios con su vida?
6.7 ¿Cómo le ayuda el Espíritu Santo a vivir su vida como cristiano?
Los dones espirituales que Dios nos da obran juntos para servir y construir su iglesia. Todos los hijos de Dios, sin distinción, reciben dones espirituales para poder servir a los demás en humildad. Cada persona, como hijo único que Dios, tiene un papel importante que cumplir en la obra de Dios aquí en la tierra.
- ◊ Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Hay diversidad de actividades, pero Dios, que hace todo en todos, es el mismo. Pero la manifestación del Espíritu le es dada a cada uno para provecho. A uno el Espíritu le da palabra de sabiduría; a otro, el mismo Espíritu le da palabra de ciencia; a otro, el mismo Espíritu le da fe; y a otro, dones de sanidades; a otro más, el don de hacer milagros; a otro, el don de profecía; a otro, el don de discernir los espíritus; a otro, el don de diversos géneros de lenguas; y a otro, el don de interpretar lenguas; pero todo esto lo hace uno y el mismo Espíritu, que reparte a cada uno en particular, según su voluntad.
- Porque así como el cuerpo es uno solo, y tiene muchos miembros, pero todos ellos, siendo muchos, conforman un solo cuerpo, así también Cristo es uno solo. Por un solo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, tanto los judíos como los no judíos, lo mismo los esclavos que los libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
- Además, el cuerpo no está constituido por un solo miembro, sino por muchos (1 Corintios 12:4-14).
El Espíritu Santo nos da todo lo que es bueno para nuestra vida. Él es quien nos ayuda a crecer en los dones espirituales, y quien hace posible que llevemos a cabo buenas obras para la gloria de Dios y bendición de su pueblo.
- ◊ Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Contra tales cosas no hay ley. Y los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. Si vivimos por el Espíritu, vivamos también según el Espíritu (Gálatas 5:22-25).
El Espíritu Santo nos guía para que vivamos una vida nueva. Cuando vivimos guiados por el Espíritu, ya no somos más esclavos del pecado ni de la oscuridad. Por el contrario, le pertenecemos a Cristo y somos una nueva creación en él.
- ◊ Pero ustedes no viven según las intenciones de la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios habita en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él (Romanos 8:9).
- ◊ De modo que si alguno está en Cristo, ya es una nueva creación; atrás ha quedado lo viejo: ¡ahora ya todo es nuevo! (2 Corintios 5:17).
El Espíritu Santo intercede por nosotros de maneras mucho más profundas de las que podemos entender. Cuando nos sentimos vencidos por las dificultades y el dolor, y no podemos siquiera pensar en palabras que expresen nuestras necesidades a Dios, el Espíritu Santo entiende esos sentimientos profundos y los eleva ante Dios por nosotros.
- ◊ De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues no sabemos qué nos conviene pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Pero el que examina los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios (Romanos 8:26-27).
El Espíritu Santo nos da palabras para hablarles a otros sobre la salvación que tenemos en Jesucristo, y también para dar testimonio de él cuando somos perseguidos por causa de nuestra fe.
- ◊ [Jesús dijo] Cuando ustedes sean llevados a las sinagogas, y presentados ante magistrados y autoridades, no se preocupen de cómo o qué responder, o qué decir, porque en ese mismo instante el Espíritu Santo les enseñará lo que deban decir (Lucas 12:11-12).
- Cuando terminaron de orar, el lugar donde estaban congregados se sacudió, y todos fueron llenos del Espíritu Santo y proclamaban la palabra de Dios sin ningún temor (Hechos 4:31).
- Para reflexionar:
- ¿Qué dones, talentos y habilidades le ha dado Dios?
- ¿De qué manera los está utilizando en su vida diaria, y en la vida de su congregación?
6.8 ¿Qué valor tienen las buenas obras?
Cuando el Espíritu Santo obra en su vida, todo lo que uno hace glorifica a Dios. Aparte de los actos de bondad y servicio, las cosas cotidianas también dan gloria a Dios. Estas buenas obras dan alabanza a Dios y son un testimonio de su amor. Sin embargo, las buenas obras no se ganan el favor de Dios. Él nos da su favor como regalo.
- ◊ Así que, si ustedes comen o beben, o hacen alguna otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31).
- ◊ (Jesús dijo) «De la misma manera, que la luz de ustedes alumbre delante de todos, para que todos vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre, que está en los cielos» (Mateo 5:16).
6.9 ¿Es posible llevar una vida perfectamente santa?
Sólo Jesús llevó una vida perfecta. Sin importar cuán buenos seamos, el pecado mancha nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestras acciones. Pero Dios no quiere que pequemos más para que recibamos más de su gracia. Al contrario, él nos llama a llevar vidas que le sirvan y que den testimonio de su bondad y su amor.
- ◊ ¡No hay ni uno solo que sea justo! (Romanos 3:10b)
6.10 ¿Cómo podemos saber si el Espíritu Santo está en nosotros?
Sabemos que el Espíritu Santo está en nosotros porque él es quien nos guía a Jesús como nuestro verdadero Dios y Salvador. La Biblia dice:
- ◊ Pero ésta es la mejor manera de reconocer el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios (1 Juan 4:2).
Dios quiere que estemos unidos a él ahora y para siempre. Así lo demostró enviando a su Hijo, y lo selló enviando al Espíritu Santo para vivir en nosotros. Él no nos va a quitar el Espíritu por capricho. Cuando el Espíritu nos guía a confesar diariamente nuestros pecados a Dios y pedir su perdón, el mismo Espíritu nos asegura que siempre permanecerá en nuestra vida.
- ◊ Dios mío, ¡crea en mí un corazón limpio! ¡Renueva en mí un espíritu de rectitud! ¡No me despidas de tu presencia, ni quites de mí tu santo espíritu! ¡Devuélveme el gozo de tu salvación! ¡Dame un espíritu dispuesto a obedecerte! (Salmo 51:10-12)
- Para reflexionar:
- ¿Cuánto espacio le da al Espíritu Santo para que obre en su vida?
6.11 ¿Qué bendición nos da el Espíritu Santo?
El Espíritu Santo nos da la esperanza de la vida eterna, que está basada en el sacrificio amoroso que Dios hizo por nosotros en Jesús. Es una esperanza que perdura-incluso cuando atraviesa pruebas, luchas, dudas e incertidumbres, pues proviene de Dios, quien nos rescató, nos cuida y camina con nosotros todos los días de nuestra vida.
- ◊ Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado (Romanos 5:5).
- ◊ ¡Que el Dios de la esperanza los llene de todo gozo y paz en la fe, para que rebosen de esperanza por el poder del Espíritu Santo! (Romanos 15:13)
Cuando usamos la palabra «esperanza», usualmente no estamos seguros de lo que esperamos («espero que no llueva este fin de semana»). La Biblia, en cambio, usa la palabra «esperanza» de manera diferente. Cuando aquello en lo que esperamos son las promesas de Dios, podemos estar seguros que ellas son ciertas. Simplemente debemos esperar hasta el momento en que Dios las cumpla.
- Para reflexionar:
- ¿Podemos confiar en las promesas de Dios? ¿Por qué sí, o por qué no?
- ¿De qué manera nos ayuda la esperanza que tenemos como cristianos, ante las pruebas, los problemas, las crisis, e incluso la muerte?