Después de que Juan fue encarcelado, Jesús fue a Galilea para proclamar el evangelio del reino de Dios. Decía: «El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado. ¡Arrepiéntanse, y crean en el evangelio!». Mientras Jesús caminaba junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés. Estaban echando la red al agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y yo haré de ustedes pescadores de hombres». Enseguida, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Un poco más adelante, Jesús vio a otros dos hermanos, Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, quienes estaban en la barca y remendaban sus redes. Enseguida Jesús los llamó, y ellos dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, y lo siguieron.
Marcos 1:14-20
Creo que a menudo escuchamos esta historia y pensamos: «¡Vaya! ¿Simplemente dejaron sus redes, su medio de vida, y fueron tras Jesús, siguiéndolo a dondequiera que fuera?». Eso sí es radical.
¿Alguna vez has hecho algo así? Quizás decidiste aprender un instrumento musical y dijiste: «Voy a aprender a tocar esta cosa… incluso si me mata». O tal vez fue una decisión práctica, como comenzar una escuela de oficios o aprender francés.
Como todos sabemos, es fácil decir que sí a algo, pero eso es solo el comienzo y, a menos que hayamos calculado el costo, a menudo el compromiso termina ahí.
Es por eso por lo que el llamamiento de los primeros discípulos de Jesús es un acontecimiento extraordinario. Impulsados por el Espíritu Santo (ver Juan 16:13; 1 Corintios 12: 3; Romanos 15:13), esos hombres siguieron, en fe, al Salvador. Sin duda no fue algo fácil de hacer y deben de haber tenido un montón de preguntas: ¿Qué significa esto para la vida que teníamos? ¿A dónde nos va a llevar? ¿Estamos seguros de que queremos ir allí? ¿No sería mejor mirar desde la distancia y ver cómo se desarrolla esto? Estas son preguntas que yo tendría. A veces las he tenido, y, a veces, todavía las tengo.
Pero ahí es donde interviene Dios. Él sostiene mi fe débil con su Espíritu Santo. ¿Cómo lo hace? Al leer su Palabra o escuchar un mensaje, a través de un amigo que ora por mí y conmigo y que comparte sus experiencias y vida de fe, así como lo hicieron los discípulos de Jesús.
Pero, ¿cómo podemos hacer eso con todos los problemas que enfrentamos? Podemos hacer lo que hicieron los discípulos para seguir a Jesús: permanecer cerca de él, prestar atención a lo que dice y creerle cuando nos dice: «Yo estaré con ustedes siempre, hasta el fin de los tiempos» (Mateo 28: 20b).
ORACIÓN: Padre celestial, muchas son las cosas que nos distraen de tu Hijo. Mantennos enfocados y listos para seguirlo hasta el final. En su Nombre. Amén.
Paul Schreiber
Para reflexionar:
1.- ¿Por qué crees que Jesús llamó a pescadores como sus primeros discípulos?
2.- ¿Qué te ha llamado Dios a hacer? ¿Cómo lo sabes?
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