Ahora bien, los otros sacerdotes fueron muchos porque la muerte les impedía continuar; pero Jesús tiene un sacerdocio inmutable porque permanece para siempre. Por eso, también puede salvar para siempre a los que por medio de él se acercan a Dios, ya que vive siempre para interceder por ellos.
Hebreos 7: 23-25
Han sido un par de años difíciles. Son las personas lo que más extraño: las que perdieron sus trabajos o eligieron jubilarse cuando golpeó la pandemia; los que se mudaron para buscar trabajo; los que murieron. No me siento bien yendo a un nuevo médico que no conozco y en quien apenas estoy empezando a confiar, viendo caras desconocidas en lugar de a mis amigos, teniendo la broma perfecta para contarle a alguien a quien amo, pero luego recordando, con una sacudida del corazón, que esa persona ya está con el Señor.
Y, por supuesto, me he dado cuenta con los años, que este tipo de cosas solo aumentará. Las pérdidas pequeñas y las grandes van sumando. ¡Y cuánto anhelo a alguien que nunca cambie y que nunca me deje!
Pues eso es exactamente lo que Dios nos ha dado, en Jesús nuestro Salvador. Sé que Jesús no me va a dejar; me ama y se entregó a sí mismo por mí para que yo pudiera ser suya para siempre. Él no va a morir en mí; ya murió en la cruz, una vez y para siempre. Sí, y Él también se ha levantado de entre los muertos, rompiendo el poder de la muerte para siempre y prometiendo que compartirá esa vida eterna con todos los que confíen en Él. Él es inmutable, y gracias a Él, nosotros también lo seremos.
Así que tengo ese amor duradero y estable que anhelaba: alguien que siempre estará ahí, siempre se preocupará por mí y siempre podrá ayudarme cuando esté en problemas. Él es Aquel que puede salvarnos para siempre a todos, porque Él vive para siempre. ¿Y qué hace con esa vida? Entre otras cosas, ora por nosotros. Él intercede ante Dios Padre por nosotros. Con semejante Defensor, estaremos a salvo para siempre.
ORACIÓN: Querido Jesús, ayúdame a confiar en ti como lo único inmutable en este mundo de cambio. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
* ¿Cuál es el mayor cambio que has tenido en tu vida en los últimos dos años?
* ¿Cómo te ayudan la presencia inmutable y el amor de Jesús a afrontar los cambios?
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