Cuando se cumplieron los ocho días para que el niño fuera circuncidado, le pusieron por nombre JESÚS […]. Y cuando se cumplieron los días para que, según la ley de Moisés, ellos fueran purificados, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo ante el Señor [… ], y para ofrecer un sacrificio en cumplimiento de la ley del Señor, que pide “un par de tórtolas, o dos palominos”.
Lucas 2: 21a, 22, 24
El 1 de enero es la Fiesta de la Circuncisión. Marca el día en que Jesús cumplió ocho días, cuando todos los niños judíos tenían que ser circuncidados. A partir de ese momento, Jesús estaría bajo la ley de Moisés.
Cuando Jesús tenía cuarenta días, su familia tenía que cumplir más requisitos de la ley: María tenía que ofrecer un sacrificio en el templo después del parto y Jesús, como hijo primogénito, también tenía que ser presentado a Dios en el templo. Esto significó un viaje a Jerusalén, a unos diez kilómetros de distancia.
Nosotros también estamos sujetos a la ley, los Diez Mandamientos, el conocimiento básico del bien y el mal, pero, sobre todo a este mandamiento: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas” (Marcos 12:30). Fallamos en estas cosas todo el tiempo. Sabemos que la ley es buena, pero nosotros no somos buenos, estamos quebrantados, y la ley nos lo prueba una y otra vez. Necesitamos ayuda. Necesitamos un Salvador.
Jesús conoce nuestra difícil situación. Vino a hacer lo que nosotros nunca podríamos hacer: cumplir la ley de Dios a la perfección y luego librarnos de toda la culpa, la vergüenza y la muerte que nos habíamos provocado. Es como si Jesús nos dijera: “Yo soy tuyo y tú eres mío. Tu muerte se ha convertido en mi muerte y mi resurrección será tu vida. Porque confías en mí eres perdonado y estás seguro y libre para siempre”.
ORACIÓN: Señor, gracias por tomar mi lugar y liberarme. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
¿Alguna vez has intentado vivir un solo día a la perfección?
Si es así, ¿qué pasó? Si no es así, ¿qué esperas que suceda?
¿Cómo te ayuda Jesús cuando sientes que eres un fracaso?
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