Así que, hermanos míos, amados y deseados, gozo y corona mía, ¡manténganse firmes en el Señor, amados! […] No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias […] He aprendido a estar contento en cualquier situación. Sé vivir con limitaciones, y también sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, tanto para estar satisfecho como para tener hambre, lo mismo para tener abundancia que para sufrir necesidad; ¡todo lo puedo en Cristo que me fortalece!
Filipenses 4:1, 6, 11b-13
Después de una intensa sesión de ejercicios en el gimnasio hace varios años atrás, el entrenador me recomendó una sesión de baños de contraste para aliviar los dolores musculares y mejorar la circulación. Tenía que entrar en el jacuzzi de agua caliente por 5 minutos y luego en la piscina (con agua fría) por otros 5 minutos. Debía repetir ese proceso unas 3 veces o más. ¡Era una tortura! Cuando al fin me estaba acostumbrando a lo caliente del agua, me tocaba ir al agua fría y viceversa. Pero, después ¡me sentí genial!
Y así pasa en la vida. Cuando al fin nos estamos acostumbrando a determinada situación, entramos en otra. ¡Suena a tortura! Pero no es así. Dios quiere nuestro bienestar muchísimo más que un entrenador. Él quiere que seamos resilientes. Pablo lo expresa como «estar contento en cualquier situación». Él dice que en todo y por todo está «enseñado, tanto para estar satisfecho como para tener hambre». Pablo cree firmemente que «Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman» (Romanos 8:28), así que él está contento con lo que le venga.
Por la Palabra y el Espíritu podemos darle la bienvenida a los baños de contraste que nos traen las experiencias de la vida porque sabemos que nos benefician a nosotros y a los demás. Y sabemos que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece.
ORACIÓN: Padre, ayúdanos a ver las bendiciones y la plenitud de tu gracia y amor presentes en cada situación. Amén.
Diaconisa Noemí Guerra
Para reflexionar:
* ¿Cuándo fue la última vez que te ejercitaste?
* ¿De qué formas te ha ayudado el Espíritu en la Palabra cuando sientes que no puedes enfrentar una situación?
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