El Padre Nuestro es una oración repetida por los cristianos más que cualquier otra en la historia.
Desgraciadamente, muy a menudo se pronuncia más como lo haría un loro que como lo enseñó Jesús. ¡Qué rápido es hacer deslizar estas palabras en los labios sin que tomen parte la mente o el corazón!
Entonces, ¿cómo debes orar el Padre Nuestro? ¿Cuál es la forma correcta?
Así lo enseñó el Señor
Como parte de su instrucción, Jesús enseñó a sus discípulos esta oración que ha llegado a ser conocida como el Padre Nuestro.
Eso lo encuentras en Mateo 6:9-13:
Por eso, ustedes deben orar así:
“Padre nuestro, que estás en los cielos,
santificado sea tu nombre.
Venga tu reino.
Hágase tu voluntad,
en la tierra como en el cielo.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
No nos metas en tentación,
sino líbranos del mal.”
[Porque tuyo es el reino,
el poder, y la gloria,
por todos los siglos. Amén].
Tus propios pensamientos e inquietudes
Para que no actúes como loro o robot, una buena manera de orar el Padre Nuestro es decir tus propios pensamientos e inquietudes después de cada frase de la oración.
Por ejemplo, cuando digas “Padre nuestro, que estás en los cielos”, piensa que él quiere atraernos cariñosamente, para que creamos que él es nuestro verdadero Padre y nosotros sus verdaderos hijos. Él quiere que le roguemos con total seguridad y confianza como Sus hijos amados.
Otro ejemplo: cuando digas la cuarta petición, es decir, la parte de “El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy”, piensa en todo lo bueno que Dios te da incluso sin merecerlo, solo por Su gran misericordia. Aprovecha esta parte para agradecerle por Sus bendiciones.
Siguiendo estos consejos, la “Primera de todas las oraciones” no la repetirás sin sentirla, sino que la dirás de una forma ferviente y sincera. Esta es la oración que agrada a Dios.
Te presente esta advertencia del Señor: “Cuando ustedes oren, no sean repetitivos, como los paganos, que piensan que por hablar mucho serán escuchados” (Mateo 6:7).
El Padre Nuestro, un modelo para saber orar
Cristo nos dio el Padre Nuestro no sólo para que lo recitemos. Sirve también como un modelo conforme al cual podemos estructurar nuestras propias oraciones.
Nota el énfasis en las inquietudes espirituales sobre los pedidos de posesiones materiales. Fíjate en el hincapié que hace Jesús en la alabanza a Dios.
Tus oraciones deben tener el mismo énfasis.
MGHG / CPTLN – Chile
Fuentes:
*Curso Hacia Una Nueva Vida, Cristo Para Todas Las Naciones – Chile.
*Catecismo Menor de Lutero y Exposición Breve. Biblia Reina Valera Contemporánea, Sociedades Bíblicas Unidas.
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