Porque así como el cuerpo es uno solo, y tiene muchos miembros, pero todos ellos, siendo muchos, conforman un solo cuerpo, así también Cristo es uno solo. Por un solo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, tanto los judíos como los no judíos, lo mismo los esclavos que los libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no está constituido por un solo miembro, sino por muchos […] Ni el ojo puede decir a la mano: «No te necesito», ni tampoco puede la cabeza decir a los pies: «No los necesito» […] Porque eso no les hace falta a los que nos parecen más decorosos. Pero Dios ordenó el cuerpo de tal manera, que dio mayor honor al que le faltaba, para que no haya divisiones en el cuerpo, sino que todos los miembros se preocupen los unos por los otros. De manera que, si uno de los miembros padece, todos los miembros se conduelen, y si uno de los miembros recibe honores, todos los miembros se regocijan con él. Ahora bien, ustedes son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es un miembro con una función particular.
1 Corintios 12: 12-14, 21, 24 – 27
¿Así suenan los celos? «Soy sólo un pie, así que no soy realmente parte del cuerpo como lo es una mano». «Sólo soy un oído humilde, no un ojo, así que no importo en absoluto». Pueden ser celos, o puede ser un sentido de autoestima ridículamente bajo. Lo que no es bueno para el cuerpo.
Y luego se escucha un «no te necesito», dicho básicamente por cualquier parte del cuerpo a cualquier otra parte. ¿Qué es eso? Ira, orgullo, odio, prejuicio, tantas cosas.
Ninguna de estas cosas pertenece al cuerpo. Todo esto es potencialmente mortal. Cuando un cuerpo humano comienza a atacarse a sí mismo, lo llamamos una reacción inmunológica que no funciona. Puede provocar hospitalización e incluso la muerte. Cuando sucede en el cuerpo de Cristo, bueno…
¿Qué impide que un cuerpo humano se ataque a sí mismo? Hay moléculas en la superficie de cada célula que actúan como identificadores. Le dicen al cuerpo: «Soy parte de ti mismo. Soy buena. ¡Mantenme a salvo y no me ataques!».
¿Qué tenemos en el cuerpo de Cristo? Tenemos a Efesios 4: 3b-6 «la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo; un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos». Estas son las cosas que nos hacen un solo cuerpo, a pesar de nuestras diferencias, las cosas que nos unen, que nos hacen uno en amor.
¿Qué debemos hacer cuando vemos conflicto en el cuerpo de Cristo? Ese es el momento de apelar a nuestro único Dios y Padre, para enviar al único Espíritu Santo para unirnos en nuestro único Señor Jesucristo. Él puede hacer lo que nosotros no podemos hacer. Puede tomar a las personas más salvajemente diferentes, personas que nunca se cruzarían en el camino de los demás en el curso normal de los eventos, y hacerlos llegar a ser más cercanos que hermanos y hermanas. Jesús nos ha hecho uno a través de su muerte en la cruz: todos redimidos juntos, todos limpios y nuevos y participando de su vida resucitada. Él está vivo y vive a través de nosotros, llenándonos de amor los unos por los otros y por el mundo al que Jesús nos envía.
ORACIÓN: Querido Señor, hazme vivir en paz y amor con los miembros de tu cuerpo. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
* ¿Qué función crees que desempeñas en el cuerpo de Cristo en este momento?
* ¿Qué dones te ha dado Dios para llevar a cabo tu función?
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