Aunque parezca fuera de lugar, no es posible ser buen líder sin amor.
Sin embargo, el amor al que nos referimos dentro del contexto del liderazgo no es una mera emoción sentimental, sino la manifestación de la totalidad del líder para ser beneficio y ayuda de otros.
El líder que se asemeja a Cristo ama a Dios, a sí mismo y a su prójimo. Además, el líder está emocionalmente sano porque su vida espiritual es completa.
En las Sagradas Escrituras encuentras un pasaje en el que se relata que un hombre de la ley le pregunta al Señor cuál es el mandamiento más importante, y él le responde: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y más importante mandamiento. Y el segundo es semejante al primero: Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 22:36-37).
En estos dos mandamientos que dio Jesucristo son evidentes tres factores: primero, el amor hacia Dios; segundo, el amor hacia el prójimo; y tercero, a uno mismo.
El amor que Dios nos ha demostrado nos ofrece el más importante ejemplo de lo que debe ser el amor.
Para ser un buen líder e imitar a Jesús debes manifestar, primero, amor hacia tu prójimo. Pero esta es la parte más complicada: no siempre sabemos cómo hacerlo.
Con el fin de orientarte, a continuación te entregamos estos 7 principios que puedes comenzar a aplicar desde ya en tu vida, para que seas un líder movido por el amor:
1.- No pidas nada a cambio
Debes proponerte hacer amistades desinteresadamente. El amor es incondicional; de otra forma, no es verdadero, sino una manifestación que nos sirve solo a nosotros mismos.
2.- Alimenta el interés auténtico
Esfuérzate en construir un interés genuino por las otras personas.
Nuestra tendencia natural es la de pensar en nosotros mismos (lo cual no es igual a sentir el debido respeto hacia uno mismo).Haz que tus amigos sean los “número uno”, prefiriéndolos por encima de ti mismo.
3.- Entrena la paciencia
Cada uno de nosotros es una creación única, por lo cual siempre nos llevará bastante tiempo comprender a otras personas.
4.- Aprende a escuchar
Ten como gran propósito aprender a escuchar al otro. La persona que ama a su prójimo lo escucha de manera comprensiva.
5.- Da cariño
Tanto si la otra persona sabe lo que va a hacer o no, el amor a nuestro prójimo requiere cumplir, en cierto modo, la promesa que hizo Cristo: “No los dejaré huérfanos; vendré a ustedes” (Juan 14:18).
6.- Trata a las demás personas como iguales
El que tengas una posición de liderazgo, porque así lo quiso Dios, no significa que seas “mejor”.
Recuerda las palabras de San Pablo: “Por la gracia que me es dada, digo a cada uno de ustedes que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con sensatez, según la medida de fe que Dios repartió a cada uno” (Romanos 12:3).
7.- Anima y destaca tu liderazgo
¿Quieres llegar a ser un buen líder? Sé generoso en la legítima alabanza y animando a otros.
Tus palabras pueden conseguir que la otra persona tenga una mejor opinión de sí misma.
Enfatiza los puntos fuertes y las virtudes que encuentres en los demás, no sus pecados y debilidades.
Estos principios prácticos y poderosos no solamente harán que sientas amor hacia los demás, sino que te permitirán expresarlo e imitar, de esta manera, al Señor Jesús.
Y recuerda: aprende a amar a Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente y fortaleza; luego a tu prójimo como a ti mismo.
*Redacción: Moisés G. Hernández.
Adaptación del folleto “Cómo ser un líder” – CPTLN Chile Julio 2016.
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