Sí, así ha dicho Dios el Señor: «Yo mismo voy a ir en busca de mis ovejas, y yo mismo las cuidaré […] les digo que yo juzgo entre una oveja y otra, y entre carneros y machos cabríos. ¿Les parece poco comerse los buenos pastos, y todavía pisotear el resto de los pastos? ¿Les parece poco beber de las aguas claras, y luego enturbiar con sus patas el resto del agua? ¡Y luego mis ovejas tienen que comer los pastos pisoteados, y beber el agua turbia!».
Por lo tanto, su Dios y Señor les dice: «Voy a juzgar a las ovejas engordadas y a las ovejas flacas. Ya que ustedes empujaron por el costado y con el hombro a las ovejas más débiles, y además las cornearon hasta dispersarlas y echarlas del rebaño, yo las salvaré; juzgaré entre una y otra oveja, y nunca más mis ovejas serán objeto de rapiña. Voy a ponerlas al cuidado de un pastor que yo mismo les daré. Ese pastor será mi siervo David, y él será quien las apacentará. Yo, el Señor, seré su Dios, y mi siervo David será su príncipe. Yo, el Señor, lo he dicho».
Ezequiel 34:11, 17b-24
Hay personas que se autodenominan cristianas pero que, con su comportamiento, avergüenzan el nombre de Cristo. Tales personas son responsables de que muchos no cristianos se alejen de Jesús. Los cristianos que sufren bajo estas personas también pueden perder la fe o volverse amargados y resentidos, porque quien debería tratarlos como hermanos, hace de sus vidas una carga pesada.
Si estás sufriendo a manos de una persona así, escucha lo que Dios dice: «[a las ovejas] yo las salvaré; juzgaré entre una y otra oveja, y nunca más mis ovejas serán objeto de rapiña. Voy a ponerlas al cuidado de un pastor que yo mismo les daré. Ese pastor será mi siervo David, y él será quien las apacentará». Aquí no se trata del David histórico, que ya estaba muerto y sepultado cuando el profeta Ezequiel escribió esto, sino de Jesús, el único que Dios envió al mundo para rescatarnos del mal.
Jesús sabe lo que es sufrir a manos de gente mala que se hace pasar por buena. ¡Sus propios sacerdotes y autoridades del templo fueron quienes lo entregaron para que fuera ejecutado! Y Él ve lo que te está pasando ahora. Él no te ignora. Él está contigo.
Ya vendrá un ajuste de cuentas. Podemos estar seguros de esto, porque el príncipe de este mundo, el diablo, ya ha sido juzgado (ver Juan 16:8-11). Cuando Jesús entregó su vida en la cruz, dio el golpe decisivo en la guerra de Dios contra el mal. Su resurrección lo confirma. La muerte ha perdido su poder sobre Él y sobre todos los que en Él confían.
Así que ahora estamos en las etapas de limpieza de la guerra, cuando la victoria es segura, pero la vida aún es dura. Pero sabemos que Jesús viene pronto para ponerle fin. Mientras tanto, Él nos dice: «Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo» (Mateo 28:20b). Aquel que llevó la cruz por nosotros puede ayudarnos a llevar nuestras cruces y darnos la fuerza, la sabiduría y el consuelo que necesitamos en cada situación. Él nunca nos dejará solos. Él es nuestro Pastor y nos ama.
ORACIÓN: Señor, ayúdame cuando sufro a manos de personas que deberían amarme. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
* ¿Por qué crees que un cristiano es capaz de llegar a maltratar a otros?
* ¿Cómo te ayuda Cristo cuando otro cristiano te ha hecho daño?
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