Su salvación está cerca de quienes le temen, para que su gloria se asiente en nuestra tierra. Se encontrarán la misericordia y la verdad, se besarán la justicia y la paz. Desde la tierra brotará la verdad, y desde los cielos observará la justicia. Además, el Señor nos dará buenas cosas, y nuestra tierra producirá buenos frutos. Delante de él irá la justicia, para abrirle paso y señalarle el camino
(Salmo 85:9-13).
Una versión de un corito proclama: “Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro, tan cierto como en la mañana se levanta el sol. Tan cierto como que le canto y me puede oír”. La lección es que Dios no está lejos de nosotros. Nos da acceso a Él en la oración y la adoración.
Durante su exilio, el pueblo de Israel sintió la lejanía de su Dios. Se preguntaba, ¿dónde está el Dios que salvó a nuestros antepasados? El Salmo 85 pregona la buena nueva de que Dios ha librado a su pueblo. “Su salvación está cerca”, dice. Es que cuando Dios nos salva, los frutos de su misericordia, verdad, justicia y paz son tan palpables que podemos decir: “¡Dios está aquí!”
A través de Jesús, Dios se ha acercado plenamente a nosotros. En la predicación, la palabra de Jesús nos reconcilia con Dios y nos señala el camino de la verdad. En las aguas del bautismo, Jesús nos limpia de pecado y nos hace justos ante Dios. En el pan y el vino de su Santa Cena, Jesús nos da su cuerpo y sangre para darnos comunión con Él y su iglesia. Cuando Cristo vuelva, su salvación será aún más palpable. Lo veremos, adoraremos y gozaremos de su presencia cara a cara.
Te damos gracias, Padre misericordioso, porque tu salvación está siempre cerca de quienes ponen su confianza en tu Hijo Jesucristo. Amén.
Prof. Leopoldo Sánchez
Para reflexionar
- ¿Cómo crees que se siente el estar “lejos” de Dios?
- ¿De qué formas palpables ha mostrado Dios su misericordia en tu vida?
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