Tan pronto como lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se arrodillaron ante el Cordero. Todos llevaban arpas, y también copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos, y entonaban un cántico nuevo, que decía: «Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque fuiste inmolado. Con tu sangre redimiste para Dios gente de toda raza, lengua, pueblo y nación, y para nuestro Dios los hiciste reyes y sacerdotes, y reinarán sobre la tierra».
Miré entonces, y alrededor del trono oí la voz de muchos ángeles, y de los seres vivientes y de los ancianos. Eran una multitud incontable; ¡miríadas y miríadas de ellos! A grandes voces decían: «Digno es el Cordero inmolado de recibir el poder y las riquezas, la sabiduría y la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza».
Entonces oí que todo lo creado en el cielo, y en la tierra, y debajo de la tierra y en el mar, y todo lo que hay en ellos, decían: «Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sean dadas la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos». Los cuatro seres vivientes decían: «Amén». Y los veinticuatro ancianos se inclinaron y adoraron.
Apocalipsis 5:8-14
¿Has estado enamorado alguna vez? Si lo has estado, ¿hablabas de ese amor con la persona que amabas y con cualquiera que tuviera la paciencia para escucharte?
Si lo has vivido, ya sabes lo que hacen las personas enamoradas: elogiar. Elogian a la persona que aman frente a frente y frente a cualquiera que se detenga un momento para escucharlos. Nadie puede evitar que elogien a la persona que aman. Es una reacción natural. Han visto cuán verdaderamente maravillosa es esa persona, y no descansarán hasta que tú también lo veas. (Aunque tampoco descansan cuando lo hayas visto. ¡Lo que a veces aburre!).
Bueno, en la lectura de hoy, eso es exactamente lo que está pasando. Todos los que están en el cielo y en la tierra están alabando a Jesús, ¿por qué? No porque tengan la obligación de hacerlo. Jesús no los está apuntando con un arma. Y tampoco lo están haciendo para halagarlo, como si pudieran ascender en las filas del cielo y obtener más poder o gloria si lo adularan correctamente. No, ese tipo de tonterías pasan en la tierra, o quizá en el infierno. Ese es un elogio falso, no real.
Estos enamorados de Jesús lo alaban porque Él es digno de alabanza. Lo están alabando porque no pueden evitarlo: están tan enamorados de Él y lo ven tan claramente que abren la boca y eso es todo lo que pueden decir. Así es como se supone que debe ser la adoración, pero rara vez lo es, en este mundo en el que todavía estamos practicando. Esa es una adoración perfecta, del tipo que sucede, no porque sea un deber o un hábito de domingo por la mañana, sino porque la gente está enamorada. Son felices. Y están compartiendo su alegría en Jesús con todos los que están a su alrededor.
Y de todas las criaturas del cielo y de la tierra, los seres humanos tenemos la mayor razón para alabarlo, porque nos ha amado hasta la muerte y más allá. Como dice la canción: «Porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre rescataste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación». Gracias a Jesús, ya no somos esclavos ni prisioneros. No estamos bajo el poder de la muerte y el diablo. Somos parte del reino de Dios, como hijos amados de Dios, porque Jesús nos amó. ¡Alábenlo!
ORACIÓN: Te amo, Señor. Gracias. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
* ¿Cuándo fue la última vez que elogiaste a alguien? ¿Qué elogiaste y por qué?
* ¿Por qué crees que el culto del domingo por la mañana a menudo no alcanza este tipo de alabanza?
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