Jesús comenzó entonces a enseñarles que era necesario que el Hijo del Hombre sufriera mucho y fuera desechado por los ancianos… y que tenía que morir y resucitar después de tres días… Pero Pedro lo llevó aparte y comenzó a reconvenirlo. Entonces Jesús se volvió a ver a los discípulos, y reprendió a Pedro. Le dijo: «¡Aléjate de mi vista, Satanás! ¡Tú no piensas en las cosas de Dios sino en cuestiones humanas!».
Marcos 8:31-33
¡Ay! Eso debe haber dolido, que tu Señor te llame «Satanás» y te reprenda por tener tu mente puesta en las cosas humanas en lugar de las de Dios. Pero Jesús tenía razón. Satanás estaba obrando a través de Pedro en ese momento, tratando de desviar a Jesús del camino que Dios quería que él recorriera, el camino a la cruz.
Pedro había respondido bien la primera parte de la prueba, respondió a la pregunta: «¿Quién dicen que soy?» con «Tú eres el Cristo». Pero se perdió por completo la segunda pregunta implícita: «¿Para qué estoy aquí?». Y no lo entendería hasta mucho después de que Jesús completara su misión de sufrir, morir, ser sepultado y resucitar de entre los muertos.
¡Qué bueno que Jesús no haya escuchado al diablo que habló a través de Pedro! El objetivo del diablo era mantenernos a todos en la esclavitud, evitando que Jesús nos liberara para ser hijos de Dios y vivir en su reino. ¡Qué bueno que Jesús tenía en claro que había venido para darnos libertad y vida abundante!
Jesús es humano y divino. No fue fácil para él caminar conociendo el patrón preciso de su muerte con tanta anticipación. No fue fácil para él ir a Jerusalén sabiendo lo que allí le esperaba. Y aun así lo hizo. Lo hizo por la recompensa, la alegría puesta delante de él, por ti y por mí. Su sufrimiento y muerte significan nuestra vida eterna. Su resurrección es nuestra alegría y felicidad para siempre. Para él, valió la pena.
ORACIÓN: Señor Jesús, gracias por amarme tanto como para llevar la cruz y liberarme. Amén.
Para reflexionar:
1. ¿Alguna vez has sufrido por ayudar a alguien? ¿En qué circunstancias?
2. ¿Qué sentiste por esa persona? ¿Crees que Jesús sintió lo mismo por ti?
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