Aún tengo muchas cosas que decirles, pero ahora no las pueden sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará, porque tomará de lo mío y se lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y se lo dará a conocer a ustedes.
Juan 16:12-15
¿Alguna vez has escuchado a alguien decir: «Ojalá pudiera escuchar a Dios hablándome. Me gustaría que Él me dijera qué hacer»? Mucha gente se siente así. Y, por supuesto, Jesús sabe que necesitamos esa guía y sentido de conexión.
En el texto de hoy, Jesús está hablando con sus discípulos. Es la noche anterior a su crucifixión, y van juntos camino a Getsemaní. Jesús les está dando sus últimas palabras, aprovechando la última oportunidad para decirles lo que necesitarán saber cuando salgan al mundo y comiencen a plantar la iglesia cristiana.
Pero, por supuesto, no queda mucho tiempo, solo un par de horas antes de que arresten a Jesús. Y los discípulos no están preparados para escuchar muchas de las cosas que Jesús quiere decirles. Mucho de esto no tendrá sentido hasta que Él muera y resucite de entre los muertos. Y algo de eso podría aterrorizarlos, por ejemplo, descubrir cuántos de ellos darán sus vidas por Jesús.
Y por eso Jesús promete enviarles el Espíritu Santo. El Espíritu sabrá el momento adecuado para enseñar a los seguidores de Jesús lo que necesitan saber. Él les ayudará a comprender cosas que posiblemente no puedan comprender en el momento: el significado de la crucifixión de Jesús, el don de la resurrección, una comprensión más profunda de la Trinidad. Y Él también los ayudará con las cosas prácticas, como saber qué decir cuando sean acusados en el sistema judicial, en peligro de sus vidas porque siguen a Jesús.
Pero los discípulos no fueron las únicas personas que recibirían este regalo. Jesús también nos prometió el Espíritu Santo a nosotros. El Espíritu obra dentro de nosotros, dándonos fe en Jesús y mostrándonos cómo seguirlo. También nos recuerda las cosas que dijo Jesús. Por eso es tan importante para nosotros leer o escuchar la Biblia; eso le permite al Espíritu Santo trabajar. Él puede recordarnos lo que ya hemos aprendido.
Dios el Espíritu Santo es un regalo maravilloso para nosotros: Dios mismo viviendo en nosotros, ayudándonos a conocer y confiar en nuestro Salvador Jesús, Aquel que murió y resucitó para rescatarnos. No estamos solos. Tenemos a Dios viviendo en nosotros. Y podemos confiar en que Él nos tomará de la mano, nos enseñará, nos guiará y cuidará de nosotros. Padre, Hijo y Espíritu Santo, un solo Dios, y el amor que tiene por nosotros es un solo amor. Compartimos ese amor todos los días.
ORACIÓN: Querido Padre, gracias por darnos el Espíritu Santo. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
* Cuando alguien a quien amas está lejos de casa, ¿cómo te mantienes cerca de otras formas?
* ¿Cómo te ha ayudado el Espíritu Santo cuando estás en problemas o en crisis?
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