Y a los profetas les piden: No nos anuncien lo que debemos hacer; mejor digan cosas halagüeñas, anuncien cosas ilusorias.
Isaías 30:10b
Hay personas que han perdido su capacidad de escuchar. No es porque tengan problemas de audición, sino porque solo escuchan lo que les place. A ello contribuyen internet y los medios de comunicación social que ofrecen informaciones de marcada ideología, donde cada cual escucha lo que más se ajusta a sus propios intereses.
En el tiempo de Isaías ocurría lo mismo en el aspecto espiritual. El profeta denunciaba a un pueblo que pedía a los profetas que no les dijeran la verdad, que preferían que los llenaran de ilusiones. En su carta a Timoteo, San Pablo también prevenía que habría personas que no tolerarían la verdad; pero como tendrían comezón de oír, se buscarían algunos maestros que les contaran fábulas y les hablaran de lo que les gustaba oír.
¿Por qué nos cuesta tanto oír la verdad? ¿Nos gusta que nos mientan? El diablo nos hizo creer que tenemos razón y que no necesitamos que nadie nos diga lo que debemos ser y hacer. Que Dios no nos ama y que podemos vivir sin él. Pero su verdadera intención era alejarnos de Dios y destruirnos.
Tanto hemos creído esta mentira, que Dios tuvo que hacerse hombre y morir por nosotros para mostrarnos cuánto nos ama. Y a fin de que podamos oír y creer nuevamente en él, nos otorgó su Espíritu Santo. Este Espíritu nos abre los oídos a la Palabra de Dios y nos enseña a escuchar la verdad. Esta verdad comienza por reconocer que hemos sido engañados, que necesitamos a Dios y que sólo en Cristo podemos volver a estar con él. Una vez en la verdad, aprendemos a escuchar lo que necesitamos para nuestro bien.
ORACIÓN: Gracias, Señor, por abrir nuestros oídos a la verdad. Ayúdanos cada día a escuchar tu voz, a estar abiertos a todo lo que necesitamos saber de ti. Amén.
Rev. Omar R. Weber
Para reflexionar:
•¿Qué cosas no te agrada oír?
•¿Por qué razón cuesta tanto oír la Palabra de Dios?
•¿Cómo podemos recuperar nuestra capacidad de oír a Dios y a otras personas?
© Copyright 2022 Cristo Para Todas Las Naciones
Suscríbete y recibe el devocional diariamente en tu e-mail: