El ángel entró en donde ella estaba y le dijo: “¡Salve, muy favorecida! El Señor está contigo”. Cuando ella escuchó estas palabras se sorprendió y se preguntaba qué clase de saludo era ése. El ángel le dijo: “María, no temas. Dios te ha concedido su gracia”.
Lucas 1:28-30
María tuvo el mismo tipo de reacción que muchos de nosotros tenemos cuando una autoridad viene a vernos. En la escuela, el decano o el director dice: “¿Podrías pasar a mi oficina?” y nuestras preocupaciones se disparan desenfrenadamente. En el trabajo, el jefe principal dice: “Me gustaría tener una palabra con usted”, y nos preguntamos si esa palabra es “despedido”.
Eso es algo natural. No estamos acostumbrados a recibir buenas noticias de personas importantes. Conocemos nuestras fallas e inmediatamente pensamos “estoy en problemas”.
Pero no esta vez. El ángel tranquiliza a María: “No temas”, le dice, “Dios te ha concedido su gracia”. Dios no quiere culparte de nada.
¡Quiere darte algo!
Y ese algo es Jesús, el propio Hijo de Dios, el Salvador que nos ama. Dios nos está dando el mejor regalo de todos los tiempos, porque Jesús es quien quitará todo nuestro pecado, y todo el miedo y la culpa que ese pecado nos causa. A través de su vida, muerte y resurrección, él nos liberará de todas estas cosas malas y nos dará el gozo de ser hijos de Dios.
Ya no debemos tener miedo cuando Dios nos dice: “Me gustaría hablar contigo”. Podemos responder como hijos amados y decir: “¡Con mucho gusto!”.
ORACIÓN: Querido Padre, ayúdame a alegrarme y a no tener miedo cuando me llamas, porque sé que en Jesús me has librado
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
¿Cómo te sientes cuando los “altos mandos” de tu vida quieren hablar contigo?
Cuenta de una ocasión en que esperabas problemas y en cambio obtuviste algo bueno.
¿Qué te hace sentir incómodo con Dios? ¿Qué te hace sentir cómodo con Él?
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