La Depresión
La depresión es tan antigua como la humanidad misma. El médico griego Hipócrates la diagnosticó en el siglo IV antes de Cristo, llamándola “melancolía”.
En la actualidad, la depresión parece ser más epidémica debido a la tendencia actual de mudarse hacia grandes ciudades, lo que es sinónimo de vida más agitada y acelerada. El crecimiento urbano desmedido suele romper los grupos familiares, provocando la pérdida de identidad comunitaria y el mutuo entendimiento.
La depresión es la forma más común de dolor emocional. Es la “gripe emocional” que ataca a casi todos en algún momento. Igual que la gripe, ataca a niños y adultos, hombres y mujeres. Nadie se halla inmune, ni ricos ni pobres.
Lamentablemente no son muchas las personas que buscan ayuda para su depresión. Por lo general, los hombres, a diferencia de las mujeres, se abstienen de recurrir al médico por considerar esto una señal de cobardía. Se calcula que la mayoría de las personas (4 de 5) aprietan los dientes y aguantan su sufrimiento sin necesidad.
Contrariamente a lo que puede suponerse, la depresión está atacando mayormente a los jóvenes entre 25 y 44 años de edad, quizás debido a la competencia por ganar un puesto en la vida. Y peor aún, hasta se han registrado suicidios en niños y adolescentes, cosa que se atribuye a fuertes ataques de depresión.
En este folleto presentamos tanto los descubrimientos de la ciencia, como las verdades de la Biblia, con el sincero deseo de que pueda librarse de las cadenas de la depresión.
Es nuestro propósito proporcionar consejos preventivos para evitar, en lo posible, que la depresión nos robe valiosos días de nuestra vida. Dios quiere que desarrollemos nuestra vida en libertad y alegría. Fue por ello que Jesucristo vino a este mundo. Por medio de Él, Dios nos reconcilió consigo mismo, y nos brinda la posibilidad de superar nuestros sufrimientos y vivir en paz.