El niño de pecho jugará sobre la cueva del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la cueva de la víbora. Nadie hará mal ni daño alguno en ninguna parte de mi santo monte, porque la tierra estará saturada del conocimiento del Señor.
Isaías 11.8-9a
Algunas imágenes que se utilizan en las Sagradas Escrituras son realmente impactantes. Puedo quedar paralizado de horror si veo un niño pequeño jugando al lado de una serpiente. El lobo con un cordero, el leopardo con un cabrito, la vaca con la osa. Para mí, que no logro que mi perro y mi gato se entiendan, esto es un imposible. Aquellos que naturalmente consideramos enemigos, ¡ahora viven en paz!
El estado descrito por el profeta Isaías, que ocurrirá con la venida del descendiente de Isaí y su reinado, promete paz en todos los términos: entre los pueblos y las personas, en la naturaleza, entre los animales y especialmente con Dios. Esto será posible por un estado de inocencia, de ausencia de maldad y muerte. Habrá paz con Dios por medio del perdón de los pecados y paz con la vida por medio de la resurrección y la vida eterna. Esa paz se extiende y se hace realidad en la medida en que se crece en el conocimiento de Dios y de su voluntad. Esa paz nace en el corazón de quien reconoce sus miedos, sus debilidades y su maldad.
Esta es la paz que Jesucristo trajo a este mundo. Paz imposible que Él hace posible en la vida de todo aquél que permite que Dios reine en su vida. Este estado de cosas es futuro en cuanto a su consumación, pero también es presente en cuanto a su inauguración. Un día ocurrirá y lo imposible Dios lo hará realidad.
ORACIÓN: Gracias, Señor, por la paz que nos has dado en Cristo Jesús. Ayúdanos a vivir como pacificadores. Lo imposible es posible. Amén.
Rev. Omar R. Weber
Para reflexionar:
•¿Cómo es tu convivencia con la naturaleza y los seres vivos que te rodean?
•¿De qué manera el conocimiento de Dios puede dar lugar a convivencias de paz?
•¿Cómo imaginas la consumación del reino de Dios, el cielo y la tierra nuevos?
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