Jesús dijo a sus discípulos: «Es imposible que no vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel por quien vengan! […] Los apóstoles le dijeron al Señor: «Auméntanos la fe».
Lucas 17:1,5
En los versículos 1 al 10 de Lucas 17, Jesús les pide a sus discípulos un amor tan grande por su prójimo que evite colocar tropiezos en su camino de fe y que estén dispuestos a perdonar sin límites a todo el que esté arrepentido y les pida perdón. Y, como si eso fuera poco, les pide además que tengan una consagración y lealtad total a Él, como la de un esclavo que trabaja sin esperar recompensa alguna. Los discípulos no pueden más que decir: «Auméntanos la fe» porque parece imposible poder ser así.
Y en realidad lo es. Sin embargo, «el Señor les dijo: «Si ustedes tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, podrían decirle a este sicómoro: «Desarráigate, y plántate en el mar», y el sicómoro los obedecería» (v.6), asegurándoles que todo es posible para Dios y enfatizándoles que no es el poder de la fe de ellos sino el poder del Dios en quien ellos creen el que logra que ocurra lo inimaginable.
Es verdad, «es imposible que no vengan tropiezos», pero cada vez que tropezamos y pecamos, cada vez que no hacemos lo que se espera de nosotros o hacemos lo que se espera que no hagamos, Jesús nos reprende, nos lleva al arrepentimiento, nos perdona y nos trae a una paz imposible de tener sin él.
Así que caminamos solamente por fe, y no por vista, en la paz del perdón de Cristo. No por lo que vemos, lo que experimentamos o lo que podemos tocar, ni por nuestras obras, sino porque «el justo vivirá por su fe» (Hab. 2:4). Fe en que, aunque fracasamos y pecamos, Jesús siempre nos perdona cuando venimos a él arrepentidos, y nos regala su paz.
ORACIÓN: Padre, gracias por hacer lo imposible en mí y hacerme puro y aceptable ante ti por medio de Jesús, dándome tu paz.
Diaconisa Noemí Guerra
Para reflexionar:
* ¿Qué cosas o situaciones te hacen perder la paz con Dios?
* ¿A qué promesas de Dios te aferras para recibir su perdón y paz?
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