¿Te has preguntado qué es exactamente la Biblia? ¿Has sentido curiosidad por saber qué dice y cómo se escribió?
El significado de la palabra “Biblia” es simple, “el libro”, y merece este nombre porque es un libro único. Es la Palabra de Dios.
Este libro, inspirado por el Creador, ha influido en la historia más que cualquier otro, y ha guiado a multitudes hacia la verdad en cuanto a Dios y el hombre. Por lo tanto, aun si dudas de que la Biblia es la Palabra de Dios, debes tomar en serio el consejo dado por un profesor universitario: “Si está usted buscando la verdad, debe leer el libro que ha atraído más atención que cualquier otro”.
El apóstol Pedro escribió: “…Cuando les hicimos saber que nuestro Señor Jesucristo vendrá con todo su poder, no lo hicimos siguiendo fábulas artificiosas, sino como quienes han visto su majestad con sus propios ojos (…) porque la profecía nunca estuvo bajo el control de la voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron bajo el control del Espíritu Santo” (2 Pedro 1:16,21).
La Biblia: Palabra de Dios
Para que la revelación divina estuviera al alcance de futuras generaciones y de gentes de otras tierras, Dios eligió hombres para que escribieran su mensaje. Cada escritor, aunque usaba su propia forma de expresarse, fue guiado por el Espíritu Santo. Así que las palabras y los pensamientos de las Sagradas Escrituras no son simplemente las opiniones de autores humanos, pues son las mismas palabras y pensamientos de Dios.
La naturaleza sobrenatural de las Escrituras está sustentada por los siguientes hechos:
1.- La Biblia fue escrita por cerca de 40 autores de toda clase social, incluyendo reyes, campesinos, filósofos, pescadores y poetas.
2.- Estos autores vivían en tres diferentes continentes: África, Asia y Europa.
3.- Ellos escribían en tres idiomas diferentes: hebreo, arameo y griego.
4.- Vivieron en diferentes siglos, cubriendo un período de aproximadamente 1500 años, desde más o menos el año 1450 a. C. a 95 d. C.
5.- A pesar de toda esta diversidad, los escritores están en armonía con el tema principal: cómo puede la gente estar en paz con Dios y tener la vida eterna después de la muerte. Tal armonía nunca podría haber ocurrido debido a una componenda humana. Tiene que se la obra de Dios, el Espíritu Santo, quien dirigió la composición de la Biblia.
¿Te gustó el artículo? Suscríbete y recibe contenidos como este en tu e-mail: