Cuando llegó a Simón Pedro, este le dijo: “Señor, ¿tú me lavas los pies?”. Respondió Jesús y le dijo: “Lo que yo hago, no lo entiendes ahora; pero lo entenderás después”. Pedro le dijo: “¡Jamás me lavarás los pies!”. Y Jesús le respondió: “Si no te los lavo, no tendrás parte conmigo”. Simón Pedro le dijo: Entonces, Señor, lávame no solamente los pies, sino también las manos y la cabeza”.
Juan 13:6-9
Hay tareas que odiamos hacer. Quizá porque sintamos que se trata de algo indigno, o porque nos da asco o nos impresiona. Lavarles los pies a los huéspedes era tarea de esclavos. El camino polvoriento, la transpiración, los malos olores… Pero Jesús no tiene reparos en tomar un recipiente con agua, ceñirse la toalla, inclinarse y lavar a cada uno. ¡Qué imagen! Dios encorvado sobre nuestros pies, haciendo una tarea de servicio extremo.
Uno de ellos no soporta la escena. No porque estuviera limpio, sino porque le parecía demasiado que el Señor y Maestro descienda a ese nivel. Pero aquella escena iba a cobrar sentido en pocas horas, a la luz de la cruz. Jesús se constituiría en el Siervo de Dios, colocado ahí para limpiarnos con su sangre, con su palabra, con su entrega sin límites… su humillación y obediencia.
Finalmente, Pedro acepta la oferta de Jesús. La limpieza de Jesús es de otra naturaleza. Quien la rechaza queda impuro, sucio, y no puede compartir la mesa con Jesús. ¿Crees que estás limpio? ¿Piensas que no tienes razones para ser servido por Él? ¿Cómo vas a ser limpiado de la corrupción de tu mente y corazón? Nadie puede considerarse parte de la comunidad de los puros. A Jesús no le da asco inclinarse ante ti para purificarte. Jesús, el Siervo, quiere hacerte parte de la comunidad de los lavados. Su sacrificio, su palabra de perdón, son su oferta en esta cuaresma.
ORACIÓN: Maestro y Señor: gracias por inclinarte para purificarme. Lava mi mente y corazón. Purifícame para servir a otros. Amén.
Prof. Antonio R. Schimpf – Seminario Concordia, Buenos Aires, Argentina
Para reflexionar:
• ¿Te consideras muy importante para servir a otros?
• ¿Te gusta ser servido por los demás?
• ¿Hay algo que impida que Jesús te sirva hoy?
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