Por tanto, no sigamos juzgándonos unos a otros. Más bien, propongámonos no poner tropiezo al hermano, ni hacerlo caer. Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es impuro en sí mismo; pero si alguien piensa que algo es impuro, lo es para él. Pero si tu hermano se siente agraviado por causa de lo que comes, entonces tu conducta ya no refleja el amor. No hagas que por causa de tu comida se pierda aquel por quien Cristo murió… No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas son limpias; lo malo es hacer tropezar a otros por lo que comemos. Lo mejor es no comer carne, ni beber vino, ni hacer nada que haga que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite
(Romanos 14:13-15, 20-21).
En este pasaje se nos aconseja sobre cómo vivir en comunidad como cristianos. Pablo nos recuerda que la libertad que tenemos en Cristo viene con responsabilidad. Aunque tengamos muy claro que todas las cosas son limpias, debemos tener cuidado de no hacer tropezar a nuestros hermanos en la fe. Esto quiere decir que debemos ser conscientes de cómo nuestras acciones pueden afectar a los demás, especialmente en temas controversiales o sensibles.
Y es que el reino de Dios no se trata de cuestiones de comida o bebida, sino de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Jesús mismo se despojó de absolutamente todo por amor a nosotros. ¡Dejó su maravillosa cultura celestial y adoptó la nuestra, quebrantada por el pecado! Ahora, por su gracia, nosotros podemos mostrar nuestra fe otorgada por el Espíritu Santo, a través del amor y el servicio a los demás. Así que podemos estar conscientes de que nuestras acciones pueden impactar a otros y así ejercer nuestra libertad en Cristo con responsabilidad.
Padre, ayúdanos a no juzgarnos unos a otros, a no poner tropiezo al hermano, ni hacerlo caer. Aunque tengamos bien claro que nada es impuro en sí mismo, ayúdanos a entender que, si alguien piensa que algo es impuro, lo es para él. No permitas que por causa de nuestra comida o conducta se pierda aquel por quien Cristo murió. Líbranos de destruir la obra tuya por causa de lo que hacemos. Enséñanos a no hacer nada que haga que nuestro hermano tropiece, se ofenda o se debilite. Gracias por la libertad que nos regalaste en Cristo. Amén.
Para reflexionar:
* ¿En qué áreas de tu vida podrías estar ejerciendo tu libertad cristiana de manera irresponsable, sin considerar cómo podrías impactar a otros?
* ¿Cómo puedes buscar la justicia, la paz y el gozo en el Espíritu Santo en lugar de enfocarte en cuestiones secundarias como la comida o la vestimenta en tu vida cristiana?
Diaconisa Noemí Guerra
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