«Por lo demás, hermanos, oren por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, tal como sucedió entre ustedes» (2 Tesalonicenses 3:1).
Algunos hospitales en Inglaterra dijeron temer que las biblias colocadas en los cuartos de los pacientes podían contener gérmenes.
Tal temor estaba basado en un estudio de la Universidad de los Hospitales de Nottingham que dijo que, si dichas Biblias no eran limpiadas correctamente, podían ser causa de contagio de infecciones.
Por lo tanto, se sugirió que los hospitales prohibieran el uso de Biblias, sugerencia que finalmente fue rechazada. En lugar de ello, decidieron cubrirlas con un plástico que puede ser fácilmente limpiado cada vez que cambian los pacientes.
La única excepción a la regla es para los cuartos en los que el paciente es tratado por una enfermedad muy contagiosa, en la que el «virus» no puede ser eliminado con el desinfectante con que se limpian los cuartos. En esos casos, las biblias serán reemplazadas por otras cuando llegue un nuevo paciente.
Estemos de acuerdo o no con tales decisiones, el resultado es que la Palabra del Señor continuará siendo honrada en esos hospitales… y el Espíritu Santo continuará llegando a las personas que sufren con las palabras, los milagros, el sacrificio, el sufrimiento, la muerte, y la resurrección de Jesús.
La directora de las enfermeras dijo que la mayoría de las personas prefiere que haya biblias en los cuartos de los pacientes, ya que las mismas son «una fuente de consuelo importante y familiar para los pacientes durante su estadía en el hospital».
La directora tiene mucha razón. La Biblia es una fuente de consuelo para quienes están enfermos en el cuerpo, y para los pecadores que están enfermos en el alma… lo cual, si no me equivoco, nos incluye a todos.
ORACIÓN: Señor Dios, te damos gracias por habernos dado tu Palabra, y te pedimos que todos los que están enfermos en cuerpo y alma se vuelvan a escuchar las maravillas de tu amor y conozcan la compasión de Jesús. En su nombre. Amén.
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