El pueblo fue a ver a Moisés, y le dijo: “Hemos pecado al murmurar contra el Señor y contra ti. ¡Ruégale al Señor que nos quite estas serpientes!”. Y Moisés oró por el pueblo, y el Señor le dijo a Moisés: “Haz una serpiente como ésta, y ponla en un asta. Todo el que sea mordido y la mire, vivirá”. Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguien, si miraba a la serpiente de bronce seguía con vida.
Números 21:7-9
Serpientes venenosas. Mordeduras mortales. Dolores insoportables y desesperanza mientras se aguarda la muerte. ¿Quién puede hacer algo en semejante situación? Esta es la imagen de un pueblo testarudo que tuvo que sufrir la ira divina a causa de su rebeldía. Se quejaban del alimento que Dios les proveía gratuitamente y querían regresar a la tierra de donde Él los había liberado. Mordieron la mano que les daba de comer… y fueron mordidos.
La historia se parece a nuestras historias. Queremos “emanciparnos de Dios”. No me importa tu moral. Yo me arreglo solo, no necesito a nadie. Hago lo que me viene en ganas. Es mi vida. No te metas. Tengo derechos…
El pecado es como una mordedura dolorosa y mortal. Tiene el poder de hundirnos en desesperación. Pero en esos momentos, cuando reina la impotencia, Dios no queda fuera del cuadro. Cuanto más lejos parece estar, más cercano está en realidad. Cuanto más bajo hemos caído, más necesidad tenemos de Aquel que fue levantado sobre la cruz.
A pesar de ser humillado, maltratado, sufriente, tratado como un criminal, al final de su viaje Jesucristo será levantado. Si clamas por perdón y misericordia, si miras con fe al que fue alzado sobre la cruz, hay salvación y nueva vida. El que está ahí colgado entre el cielo y la tierra intercede: perdónalos, no saben lo que hacen. ¿Seguirás deseando la muerte? ¿Mirarás hacia su cruz?
ORACIÓN: Padre de misericordia: tú levantaste a tu Hijo inocente sobre la cruz por mis rebeldías. Por él, sálvame, perdóname, renuévame. Amén.
Prof. Antonio R. Schimpf – Seminario Concordia, Buenos Aires, Argentina
Para reflexionar:
• ¿De qué maneras has sufrido por tu rebeldía?
• ¿Dónde buscas ayuda en momentos de desesperación?
• ¿Cuál sería tu clamor hoy ante Jesús alzado en la cruz?
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