Al continuar su camino, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado donde se cobraban los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Y Mateo se levantó y lo siguió.
Estando Jesús en la casa, sentado a la mesa, muchos cobradores de impuestos y pecadores que habían venido se sentaron también a la mesa, con Jesús y sus discípulos. Cuando los fariseos vieron esto, dijeron a los discípulos: «¿Por qué come su Maestro con cobradores de impuestos y con pecadores?». Al oír esto, Jesús les dijo: «No son los sanos los que necesitan de un médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan lo que significa «Misericordia quiero, y no sacrificio». Porque no he venido a llamar a los justos al arrepentimiento, sino a los pecadores».
(Mateo 9:9-13)
A nadie le gusta ir al médico. Cuando lo hacemos, por lo general es porque no estamos bien de salud.
Recuerdo que hace dos años tenía un dolor de garganta que no se me quitaba. Traté todos los remedios caseros que se me ocurrió tomar, pero no mejoraba, así que tuve que enfrentar la realidad: necesitaba ir al médico para que me examinara y me ayudara. Resulta que tenía un quiste del conducto tirogloso que podía convertirse en cáncer, por lo que rápidamente hicimos las gestiones y el médico me operó.
Jesús nos dice que él es nuestro médico. Tenemos que aceptar nuestra realidad: tenemos una enfermedad mortal. Se llama pecado. Nuestros corazones orgullosos no reconocen que necesitamos un Salvador, entonces buscamos remedios caseros que no sirven y nos refugiamos en mentiras disfrazadas de verdad. En vez de dejar que Jesús nos sane, tratamos de «ganar» nuestra sanidad con nuestra aparente piedad.
Pero Jesús quiere sanarnos por completo. Él quiere remover ese quiste de autojusticia que lo único que nos produce es dolor y muerte. Jesús llama a los pecadores al arrepentimiento, a que reconozcamos que lo necesitamos, y en su misericordia nos brinda sanidad y vida nueva.
Oremos: Gracias, médico divino, por sanar mis dolencias temporales y eternas. Amén.
Diaconisa Noemí Guerra
Para reflexionar:
* ¿En qué sentido ha sido Jesús tu médico divino?
* ¿Cuáles dolencias quieres traer a los pies de Jesús hoy para que las sane?
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