Todos debemos someternos a las autoridades, pues no hay autoridad que no venga de Dios. Las autoridades que hay han sido establecidas por Dios. Por lo tanto, aquel que se opone a la autoridad, en realidad se opone a lo establecido por Dios, y los que se oponen acarrean condenación sobre ellos mismos. Porque los gobernantes no están para infundir temor a los que hacen lo bueno, sino a los que hacen lo malo.
¿Quieres vivir sin miedo a la autoridad? Haz lo bueno, y tendrás su aprobación, pues la autoridad está al servicio de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, entonces sí debes temer, porque no lleva la espada en vano, sino que está al servicio de Dios para darle su merecido al que hace lo malo. Por lo tanto, es necesario que nos sujetemos a la autoridad, no sólo por causa del castigo, sino también por motivos de conciencia. Por eso mismo ustedes pagan los impuestos, porque los gobernantes están al servicio de Dios y se dedican a gobernar. Paguen a todos lo que deban pagar, ya sea que deban pagar tributo, impuesto, respeto u honra.
(Romanos 13:1-7).
En mi experiencia, cada vez que se discute este pasaje de la Biblia, las personas se enfocan de inmediato en los casos extremos. Pero creo que este pasaje es más difícil de aceptar cuando lo aplicamos a las cosas de todos los días, como cuando una autoridad abusa de su poder y nos maltrata. Cuando algo así nos sucede, podemos acudir a Jesús en busca de ayuda. Jesús entiende lo que es ser maltratado; después de todo, tuvo que lidiar con Caifás, Herodes y Pilato, todos ellos haciendo lo peor que podían con la autoridad que Dios les había dado.
Pero lo mejor de todo es que podemos acudir a Él en busca de perdón cuando nosotros nos equivocamos, porque Jesús es la única Autoridad que ha demostrado Su amor por nosotros al dar Su vida para rescatarnos del mal. Gracias a su sacrificio, los que confiamos en Él no seremos juzgados, porque el Juez de todos se ha hecho Siervo de todos y ha quitado la culpa que había contra nosotros. Estamos en Su misericordia para siempre.
Señor Jesús, ayúdame a obedecer y respetar a las autoridades. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
*¿Por qué es tan difícil someterse a un jefe que nos molesta o nos maltrata?
*¿Qué puedes hacer como cristiano, cuando estás tratando con una autoridad abusiva?
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