Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor, ni tampoco de mí, preso suyo. Al contrario, participa de las aflicciones por el evangelio según el poder de Dios, quien nos salvó y nos llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, quien quitó la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio, del cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro de los no judíos. Por eso mismo padezco esto. Pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, y estoy seguro de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel día. Retén la forma de las sanas palabras que oíste de mí, en la fe y en el amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que habita en nosotros.
2 Timoteo 1:8-14
¿Alguna vez te has avergonzado de ser cristiano? Por ejemplo, puedes vivir con un ingreso más bajo, porque por amor a Jesús estás dando parte de tu dinero para ayudar a alguien que lo necesita. Pero lo que puede causar asombro y hacerte sentir vergüenza es tener el automóvil más antiguo del vecindario o si tu hijo no tiene los mismos dispositivos electrónicos que todos los demás niños en la escuela.
O quizá seas el único en tu trabajo o en tu grupo de amigos que no se está involucrando en una práctica popular pecaminosa. ¡Y las personas a tu alrededor te miran y piensan que eres raro! Esto también puede generar sentimientos de vergüenza. ¡Y luego está la vergüenza de estar asociado con lo que parece ser el bando perdedor! En el caso de Pablo, que estaba en prisión por causa de Cristo, tenía buenas razones para preocuparse de que Timoteo pudiera avergonzarse de eso.
Pero Pablo no se avergüenza, y quiere que nosotros también estemos libres de vergüenza. ¿Por qué? Porque a pesar de lo que piensa el mundo, sabemos lo que es realmente bueno, importante, verdadero y maravilloso. Sabemos que Dios ha enviado a su único Hijo al mundo para ser nuestro Salvador, para vivir, morir y resucitar para que todo el que confíe en Él se convierta en un hijo de Dios. Sabemos que Dios nos da su Espíritu Santo para que seamos más y más como Jesús.
Cuando mantenemos nuestros ojos en el Señor y en cuánto nos ama, deja de molestarnos cuando otras personas se burlan, hacen preguntas o nos tratan como bichos raros. Quizá los demás se preguntarán por qué hacemos lo que hacemos. Pero nuestros ojos están puestos en Jesús, y Él es nuestro gozo y nuestra esperanza. ¿Y quién sabe? Con el tiempo, algunos de los que ahora se ríen de nosotros pueden comenzar a preguntarnos sobre la esperanza y el gozo que tenemos y quizá también lleguen a creer en Jesús.
ORACIÓN: Señor, cuando tenga la tentación de sentirme avergonzado o incómodo por Ti, ayúdame. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
* ¿Qué haces cuando por causa de tu fe te sientes fuera de lugar?
* ¿Qué consejo le darías a un niño que se siente avergonzado por ser cristiano?
© Copyright 2022 Cristo Para Todas Las Naciones
Suscríbete y recibe el devocional diariamente en tu e-mail: