Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.
(Efesios 4:32 NVI).
Existe una frase que para muchos es muy difícil de pronunciar y para otros tal vez sea imposible. Esta frase es “Te pido perdón”. Creemos que podemos vivir sin la necesidad de pedir perdón. Pero vivir así nos trae tristeza, dolor y amargura.
Por si fuera poco, existe otra frase que es mucho más difícil de decir. Esta frase es “Te perdono”. Guardamos tanto rencor en nuestro corazón por las ofensas recibidas, que nos resulta imposible perdonarlas.
Pero, imaginemos por un momento cómo sería el mundo si no existiera el perdón. Saulo jamás se habría convertido en Pablo. Esaú no habría perdonado a su hermano Jacob por robarle la bendición de su padre. El Rey David habría vivido devastado toda su vida. José habría hecho pagar a sus hermanos por haberlo vendido. Moisés habría muerto en el exilio. El hijo pródigo no habría regresado a casa y Jesús nunca habría venido a este mundo. Estaríamos perdidos, sin esperanza y sin amor.
Sin embargo, en su gran misericordia Dios creó el perdón y cambió por completo el rumbo de la historia. La Biblia está llena de historias de perdón. Gracias al perdón, Saulo se convirtió en Pablo y escribió gran parte del Nuevo Testamento. Fue tanta la alegría que el Rey David sintió al ser perdonado, que le escribió cantos de alabanza (Salmos) a Dios. José alimentó a sus hermanos, evitando que murieran de hambre. Moisés liberó al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto. El hijo pródigo fue recibido con un gran banquete.
El perdón es tan valioso que quienes lo reciben se llenan de gozo, mientras que quienes no lo tienen sufren dolores inimaginables. Tal vez “Te pido perdón” y “Te perdono” sean las frases más difíciles de decir, pero Jesús las puso en práctica al morir en la cruz del calvario para perdonar todos nuestros pecados. ¡Gocemos del gran regalo que Dios nos ha dado a través de él!
ORACIÓN: Querido Jesús, enséñame a compartir el perdón que con mucho amor me has dado. Amén.
Abigaíl Ramírez
Para reflexionar:
- ¿Por qué cosas necesitas pedirle perdón a Dios?
- ¿Qué cosas necesitas perdonar a otros?
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