Luego vi otro ángel, el cual volaba en medio del cielo. Tenía el evangelio eterno, para predicarlo a los habitantes de la tierra, es decir, a toda nación, raza, lengua y pueblo. Ese ángel decía con fuerte voz: «Teman a Dios, y denle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado. Adoren al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales de agua».
Apocalipsis 14: 6-7
Este verso me recordó a un piloto de un avión especial que escribió un mensaje en los cielos de Arizona, Estados Unidos. El piloto no solo tenía que hacer todas las cosas complicadas y necesarias para hacer que vuele un avión, sino que también lo usaba como instrumento de escritura. Elevándose por el cielo a 150 millas por hora a 10.000 pies, el piloto hizo hábilmente todos los giros y vueltas necesarios para escribir el mensaje: “Go vote!” («¡Vaya a votar!»). Y el piloto incluso le agregó el signo de exclamación como broche de oro.
Me pregunto cuántos estudiantes de la Universidad de Arizona vieron esta maravillosa exhibición ese día. Fue un último esfuerzo desesperado para que participaran en el proceso electoral, pero tenían que mirar rápidamente para verlo. Porque a pesar de todo el entrenamiento que requiere escribir de manera legible en el cielo, las pocas letras pronto comienzan a deshacerse, alargándose en finas hebras de humo y luego, en unos pocos minutos, parecen como garabatos de niños.
Pero esa no es la forma en que actúa Dios, ¿verdad? Él no nos ha dejado preguntándonos qué quiso decir. Él no se deja impresionar por nuestras vidas, ni quiere deslumbrarnos con un espectáculo aquí y allá con algún mensaje que pronto no se puede comprender. No, él se ha involucrado profundamente en nuestras vidas. Nos ha dado profetas y sacerdotes, jueces, reyes e incluso la voz de un ángel que proclama el «evangelio eterno» de Dios «a toda nación, raza, lengua y pueblo».
Sobre todo, nos ha dado a su Hijo, su único Hijo amado. Ese es el Evangelio, la Buena Nueva, que Dios nos ha dado con tanta gracia y que experimentamos cada vez que abrimos las Escrituras y leemos sobre la vida de Jesús. Dios claramente nos ha hecho saber que Él ha hecho nuevas todas las cosas para nosotros, y esto lo hizo a través de Jesús.
«Por tanto, no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu, porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque Dios ha hecho lo que para la ley era imposible hacer, debido a que era débil por su naturaleza pecaminosa: por causa del pecado envió a su Hijo en una condición semejante a la del hombre pecador, y de esa manera condenó al pecado en la carne, para que la justicia de la ley se cumpliera en nosotros, que no seguimos los pasos de nuestra carne, sino los del Espíritu» (Romanos 8: 1-4).
Nada podría ser más sencillo de entender, pero es posible que te lo pierdas si no prestas atención.
ORACIÓN: Padre celestial, nos has mostrado claramente tu amor por nosotros en Jesús. Gracias. Amén.
Paul Schreiber
Para reflexionar:
* ¿Qué podemos hacer para llevar el Evangelio a «toda nación, raza, lengua y pueblo»?
* ¿De qué forma nos ha hablado Dios claramente? ¿Qué nos ha dicho en Jesús?
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Editado por CPTLN – Chile / MGH
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