En los días de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías, cuya esposa, Elisabet, era descendiente de Aarón. Ambos eran íntegros delante de Dios y obedecían de manera irreprensible todos los mandamientos y ordenanzas del Señor. Pero no tenían hijos, porque Elisabet era estéril y los dos eran ya muy ancianos.
Lucas 1:5-7
La historia del nacimiento de Jesús comienza con discordia: «En los días de Herodes, rey de Judea… Pero Herodes no era de la familia del rey David; ni siquiera era judío. Entonces, que sea llamado «rey de Judea» significa que las cosas no estaban bien, no estaban de la forma en que se suponía que debían estar.
Sin embargo, había personas fieles que amaban a Dios, como Zacarías y Elisabet. La Biblia usa las palabras «íntegros» e «irreprensibles» cuando habla de ellos, igran halago del Espíritu Santo!
Pero aquí también había algo que no estaba bien. Se nos dice que:»No tenían hijos”. ¿Por qué? ¡Quién sabe! No tenía nada que ver con algún pecado, aunque la gente generalmente pensaba que sí. Esto tampoco era como se suponía que debía ser. A nosotros también nos suceden cosas incorrectas y nos afligimos, nos enojamos y clamamos a Dios.
Es por eso que Jesus vino a nuestro mundo: un bebé pequeño, nacido para salvar el mundo. Como Hijo de Dios, Jesús daría su vida para arreglar nuestro mundo roto y resucitaría de entre los muertos para hacernos nuevos otra vez.
ORACIÓN: Señor, ayúdame con los quebrantos en mi vida. Amén.
Para reflexionar:
1.- ¿Qué sientes que está mal en tu mundo hoy?
2.- De acuerdo a las historias bíblicas, ¿que hace Jesús para solucionar lo que está mal?
3.- ¿Por cuál quebranto en tu vida le pides ayuda a Dios?
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