¿Hay alguien entre ustedes, que esté afligido? Que ore a Dios. ¿Alguno de ustedes está de buen humor? Que cante alabanzas. ¿Hay entre ustedes algún enfermo? Que se llame a los ancianos de la iglesia, para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo, y el Señor lo levantará de su lecho. Si acaso ha pecado, sus pecados le serán perdonados. Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es muy poderosa y efectiva.
Santiago 5: 13-16
Siempre he tenido problemas con este pasaje de Santiago. Parece decir que si la gente ora por una persona enferma, podemos esperar con seguridad que la persona sea sanada. Y mucha gente toma esto como una promesa férrea; tanto es así, que cuando una persona se enferma y a pesar de muchas oraciones no se cura, culpan a la persona enferma por no tener suficiente fe. Y, por supuesto, esto causa mucho miedo, dolor y tristeza. ¡Ya es bastante difícil estar enfermo para que encima tus amigos y familiares te digan que también eres un mal cristiano!
¿Pero no es eso lo que significa el texto? Bueno, debemos tener cuidado aquí. Incluso en los días de los primeros cristianos, no todos eran sanados. Pablo escribe sobre uno de sus compañeros de viaje en sus viajes misioneros. Y nos dice: «y a Trófimo lo dejé en Mileto, pues estaba enfermo» (2 Timoteo 4: 20b). ¿Cómo podía ser esto posible, si Dios garantiza la curación a todo el que ora con fe? Por supuesto que Pablo tenía una fe lo suficientemente fuerte; Dios hizo milagros a través de él en muchas otras ocasiones. De hecho, ¿por qué Pablo no pudo «quitarse con oración» el aguijón en su carne, lo que fuera, que le causó tantos problemas en 2 Corintios 12: 7?
Es por eso que la iglesia cristiana siempre le ha dicho a la gente que escudriñe las Escrituras y vea lo que dice en conjunto, la «Escritura interpreta a la Escritura». No podemos tomar un solo verso o pasaje y simplemente volvernos locos con él. En otras partes de la Biblia aprendemos a orar diciendo «si es tu voluntad», como lo hizo Jesús en Getsemaní (ver Mateo 26:42), y como nos enseñó a hacerlo en el Padre Nuestro (ver Mateo 6:10). Aprendemos a respetar la elección y la sabiduría de Dios, porque Él sabe lo que es mejor para nosotros.
Entonces, ¿para qué escribió Santiago este pasaje, si no es una sencilla promesa de Dios? Creo que porque es lo que llamamos una regla de oro o regla general. Una regla general te dice lo que debes hacer en una situación. También puede decirte qué es lo que probablemente suceda después de esa situación. Las reglas generales no se ocupan de casos raros o de excepciones; solo describen el curso normal de los acontecimientos.
Las reglas generales son excelentes para principiantes que necesitan instrucción básica. Y la carta de Santiago parece que le estaba escribiendo a cristianos bebés, a las personas que estaban dando sus primeros pasos como hijos de Dios. Y entonces les dice qué hacer si se enferman. ¡Deberían orar! Y en el curso normal de los acontecimientos, Dios los mejorará. Eso es lo que Dios suele hacer.
Jesús dijo una vez: «Ustedes escudriñan las Escrituras, porque les parece que en ellas tienen la vida eterna; ¡y son ellas las que dan testimonio de mí!» (Juan 5:39). Toda la Biblia, ya sean las reglas generales o las partes más difíciles, testifica de Jesús. Por eso siempre es prudente aprender lo más que podamos de la Palabra de Dios. Allí aprenderemos cómo es Dios; y lo que aprendemos es a mirar a Jesús, nuestro Señor sufriente, crucificado y resucitado.
ORACIÓN: Ayúdame, Señor, cuando tenga dificultad para entender tu Palabra. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
* ¿Qué haces cuando estás teniendo dificultad para comprender partes de la Biblia?
* ¿Qué te ha enseñado la Biblia acerca de Jesús que te parece maravilloso?
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