Que haya paz dentro de tus murallas, y se respire tranquilidad en tus palacios.
Salmo 122:7
Respirar agitadamente no hace bien al corazón. A veces no nos percatamos de lo agitada y entrecortada que es nuestra respiración. Necesitamos volver a respirar tranquilamente. Y existen lugares en los que podemos respirar tranquilidad, respirar pausados, donde el aire es diferente y podemos cerrar nuestros ojos sin temor. Cada vez más personas buscan esos momentos o lugares de tranquilidad. Algunos los crean por medio de técnicas de relajación. Otros con el consumo de alguna medicación. Lo cierto es que nuestra vida necesita paz.
El salmista pide a Dios que en Jerusalén se respire tranquilidad. Que haya paz dentro de la ciudad y se respire tranquilidad en el palacio. Allí estaba la casa de Dios. Pero en Jerusalén, aunque su nombre aluda a la paz, pocas veces se respiraba tranquilidad, lo cual es una paradoja de la historia de Jerusalén, la ciudad del Shalom y de la paz. En los evangelios se relata cómo Jesucristo lloró por ella diciendo: “¡Ah, si por lo menos hoy pudieras saber lo que te puede traer paz! Pero eso ahora está oculto a tus ojos” (Lucas 19:42).
Jesús vino a este mundo para hacer posible la paz: para que podamos respirar con tranquilidad. Para tranquilizar nuestro agitado interior que busca la tranquilidad en ámbitos equivocados. Jesucristo hizo posible la paz con Dios, con la vida, con uno mismo y con los demás. Para ello entregó su vida en una cruz y nos concedió su Espíritu Santo. Quitó las enemistades e invitó a todos los trabajados y cargados a descansar en él, para que en medio de las turbulencias podamos encontrar ese espacio de paz por medio de la oración y de la Palabra de Dios. En ellas se puede respirar tranquilamente la paz de Cristo.
ORACIÓN: Gracias, Señor, por la paz que nos regalas por medio de Jesús. Ayúdanos a buscar a diario ese momento para respirar tranquilidad. Amén.
Rev. Omar R. Weber
Para reflexionar:
•¿Cuál es tu lugar predilecto cuando necesitas respirar tranquilidad?
•¿Qué situaciones o personas te quitan la tranquilidad?
•Cristo es nuestra paz. ¿De qué modo buscas a Cristo para respirar tranquilidad?
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