Principio del evangelio de Jesucristo, el Hijo de Dios.
Marcos 1:1
Marcos comienza su narración de manera muy simple: “…el Evangelio”, es decir, la “Buena Noticia” de Jesús el Cristo, es decir, el Mesías, aquél a quien Dios había prometido enviar cientos de años atrás para salvarnos a todos.
¿Quién es ese Jesús? Ese Jesús es el Hijo de Dios, es Dios mismo hecho hombre en un pequeño bebé acostado en un pesebre, en un hombre colgado de una cruz. Quizás no sea tan simple después de todo.
O tal vez lo sea. Porque todo esto se reduce a una sola cosa: amor. Dios, el Dios que hizo el universo y todo lo que hay en él, decidió sumergirse en el lío, los problemas y la rutina de nuestra vida diaria. Dios descendió del cielo al vientre de una joven y se convirtió en uno de nosotros.
Hay muchas formas de demostrar amor, incluso a distancia. Bien pudo Dios haber enviado un ángel. O podría haber derramado sus bendiciones sobre nosotros desde muy lejos. Incluso podría haberse quedado con los profetas a los que ya estábamos acostumbrados. Sin embargo, vino él mismo.
Y porque Jesús vino, todo es diferente. Porque este es el comienzo del Evangelio, el comienzo de la Buena Noticia para mí, para ti y para todos, que es eterna.
ORACIÓN: Señor Jesús, gracias porque en ti tenemos un nuevo comienzo. Amén.
Dra. Kari Vo
Para reflexionar:
¿En qué situaciones deseas un nuevo comienzo?
Cuéntanos de una ocasión en la que tú mismo fuiste a ayudar a alguien.
¿Por qué crees que Jesús se llama a sí mismo el Alfa y la Omega, el principio y el fin? (Ver Apocalipsis 1:8).
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