Entonces Jesús les dijo: «Ustedes se justifican a ustedes mismos delante de la gente, pero Dios conoce su corazón; pues lo que la gente considera sublime, ante Dios resulta repugnante.
Lucas 16:15
Aunque este pasaje suene un poco fuerte, en realidad tiene una verdad que trae alivio.
Me recuerda el alivio que experimentó mi esposo unos años atrás. Él pensaba que cumplía 40 años y sintió un alivio muy grande cuando descubrió que, en verdad cumplía 39. Su cara le cambió. Estaba increíblemente alegre y me dijo que se sentía muy, pero muy joven, como si hubiera ganado un año más de vida.
Muy a menudo se nos olvida que somos salvos por gracia, que Jesús nos justifica y que no tenemos que tratar de justificarnos nosotros mismos. Hay muchas personas confundidas que tratan de justificarse delante de otros aparentando una santidad que solamente puede dar Jesús. Hay otros que creen que pueden hacer obras buenas ellos mismos para ser justificados ante Dios. Fácilmente se nos olvida algo tan básico como nuestra edad, algo tan básico como la esencia de nuestra salvación.
Pero recordamos hoy que «lo que la gente considera sublime, ante Dios resulta repugnante». Jesús ya pagó el precio por nuestra justificación. Somos completamente justos y sin mancha delante de Dios por la sangre del Cordero. No es necesario que tratemos de justificarnos por nosotros mismos. Al recordar esto mi cara cambia. Me siento increíblemente alegre y con un alivio muy grande, me siento muy, pero muy limpia, justificada, perdonada. Como si hubiera ganado años de vida… y en realidad así es. Nuestro Dios es rico en su gracia y misericordia para recibirnos en sus «mansiones eternas» (Lucas 16:9).
ORACIÓN: Señor, gracias, porque yo esperaba recibir el castigo y el peso de la ley como lo merecen mis actos, pero en cambio Tú me cubriste con tu gracia que me dio el alivio del perdón, la justificación y la vida eterna por Jesús. Amén.
Diaconisa Noemí Guerra
Para reflexionar:
* ¿Alguna vez te has dado cuenta de que estás tratando de justificarte ante alguien? ¿Cómo te detienes?
* Piensa en el nombre de una persona con quien puedas compartir hoy la buena noticia de salvación por gracia y hazlo.
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