El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero tengan cuidado de que su corazón no se recargue de glotonería y embriaguez, ni de las preocupaciones de esta vida, para que aquel día no les sobrevenga de repente.
(Lucas 21:33-34)
Hace más de 21 años, cuando estaba recién casada, teníamos un carro al que solamente le servía una de las luces. Le llamábamos el carrito tuerto. Cuando manejábamos de noche era muy difícil ver. Mi esposo me aconsejaba siempre estar enfocada en las líneas de guía en la carretera, porque si no mi vida podía correr peligro.
En este pasaje Jesús estaba enseñando en cuanto a su segunda venida. Nos recuerda que sus palabras, sus enseñanzas son verdaderas y nunca pasarán. Nos advierte no distraernos, porque de otra forma, nuestra vida corre peligro con este mundo «tuerto» por el pecado, con el corazón recargado de glotonería, de cosas sin importancia eterna.
Todo lo material se va a acabar, pero las palabras de Jesús nunca dejarán de ser, son eternas, verdaderas, poderosas, vivas. Nos dan el panorama general de todas las cosas. ¡Son líneas de guía! Jesús mismo es la Palabra hecha carne y nos promete que sus enseñanzas permanecerán para siempre.
Entonces, en vez de ser absorbidos por las preocupaciones y distracciones de este mundo tuerto, en vez de dejar que nuestro corazón se recargue, podemos dejar que la Palabra de Dios se aferre a nosotros hasta el día en que seamos llevados a nuestra casa eterna, nuestro hogar celestial perfecto.
ORACIÓN: Padre, prepárame para tu retorno. Que mi atención a los asuntos diarios no acorte mis oraciones, las cuales muestran mi dependencia total de ti. Que mi glotonería por las cosas temporales no reduzcan mi visión de las cosas eternas, para que tu segunda venida no me sorprenda. Gracias porque tu retorno me traerá redención completa y eterna por Cristo. Escucha mi oración y ayúdame a esperarte siempre. Amén.
Diaconisa Noemí Guerra
Para reflexionar:
* ¿Le estás pidiendo perdón a Dios cada vez que tu corazón se recarga de glotonería y embriaguez y de las preocupaciones de esta vida?
* Medita un momento en lo maravilloso que es abandonarse en los brazos de la Palabra eterna de Dios que te trae perdón y redención por Cristo.
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