Dijo entonces el Señor: ‘Ellos serán para mí un tesoro muy especial. Cuando llegue el día en que yo actúe, los perdonaré, como perdona un padre al hijo que le sirve’
(Malaquías 3:17).
En nuestro mundo hay mucha división y desacuerdo. Cuando entre amigos o familias hay diferencias de opiniones, parece que es más fácil arreglar todo simplemente cortando esa relación. Pero con Dios no es así. Él desea que todos se salven; no quiere perder a ninguno de sus atesorados. A quienes confían y siguen a Dios (pasado, presente y futuro) Él los contará como su posesión más preciada y los protegerá y preservará perfectamente. ¡Qué hermoso es saber que el Señor es nuestra provisión perfecta! ¡Qué gran regalo de la gracia de Dios es saber esto cuando enfrentamos los muchos desafíos de este mundo que tratan de quebrantar nuestra confianza!
El Señor, que creó el cielo y la tierra, envió a su único hijo Jesucristo al mundo para dar su vida a cambio de la nuestra y así hacernos sus hijos preciados, su tesoro. Esto impacta nuestro diario caminar por el mundo y afecta la forma en que vivimos y servimos. Porque si Dios dice que somos “un tesoro muy especial” para Él, ¿cómo no lo vamos a creer?
Compartamos este mensaje con quienes aún no lo conocen, y oremos para que toda su creación se cuente entre los preciados, cumpliendo así la voluntad de Cristo. ¡Y qué mejor manera de vivir cada día!
Señor, gracias por tu paciencia y bondad. Ayúdame a verme como Tu tesoro especial. Dame oportunidades para compartir tu amorosa bondad con quienes me rodean, incluso con aquellos que me resultan difíciles de amar o a los que trato de evitar. Mueve mi corazón a considerar su bienestar así como considero el mío. Confío en que no me negarás nada que me ayude a vivir y amar como Tú. Amén.
Sra. Melissa Salomón
Para reflexionar
- Mírate al espejo y di en voz alta: “¡Tú eres un tesoro especial del Señor!” ¿Cómo te hace sentir?
- Intenta mirar como tesoros del Señor a aquellos que te resulta difícil de amar. ¿Cómo cambia tu actitud hacia ellos?
Suscríbete y recibe el devocional diariamente en tu e-mail: