La reina Ester respondió: «Si en verdad soy del agrado de Su Majestad, y si a Su Majestad le parece bien, mi petición es que se me conceda la vida de mi pueblo y mi propia vida. Porque a mi pueblo y a mí se nos ha vendido. ¡Se nos quiere destruir, matar y exterminar!…». «El enemigo y adversario es este malvado Amán». Entonces Amán se trastornó ante el rey y la reina.
(Ester 7:3-4a, 6).
Mi hermana le pidió a Jessie, su hija de 4 años, que se lavara las manos antes de comer. Jessie se sentó a la mesa con una mirada sospechosa. Resulta que, en vez de lavarse las manos, Jessie puso sus manitas sucias debajo de la mesa y su perrito las lamió. En realidad, se veían limpias, pero no estaban verdaderamente limpias. ¡Ahora estaban más sucias!
A veces nosotros hacemos lo mismo con Dios. En vez de confesar nuestro pecado, tratamos de esconderlo y no quedamos limpios.
Amán intentó ocultar al rey Asuero las consecuencias horribles de su maléfico plan para destruir al pueblo judío. Asuero pudo ser engañado, así como el mundo entero puede ser engañado con nuestras manos sucias de pecado, lamidas por el perro de la autojustificación, pero Dios no. Él ve todas nuestras intenciones y nuestra maldad interior. No hay nada que se escape de su vista.
Sin embargo, él es un Dios de amor y gracia. Gracias a la muerte y resurrección de Cristo, ahora, «Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:9). Incluso aquellos pecados que cometemos en «secreto» y que creemos que hemos ocultado bien. ¡Esa es una buena noticia!
Señor, pedimos con Ester que se nos conceda la vida. ¡Porque el enemigo nos quiere destruir, matar y exterminar! Perdónanos y límpianos por las veces que hemos tratado de ocultarte nuestras faltas. Ayúdanos a venir a ti con nuestros pecados secretos para que los perdones y limpies en Cristo. Y ayúdanos, con tu Espíritu Santo, a cambiar nuestras vidas para que reflejen a Cristo. Amén.
Diaconisa Noemí Guerra
Para reflexionar:
* ¿Qué le has estado ocultando a Dios?
* Toma un tiempo hoy para confesar tus faltas y abrir tu corazón a su perdón y gracia.
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