
Pero cuando se cumplió el tiempo señalado, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer y sujeto a la ley, para que redimiera a los que estaban sujetos a la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos.
Gálatas 4:4-5
La escritora de esta devoción nos dice: ¿has vivido una temporada en la que Dios te estuvo preparando sin que tú lo supieras? Yo sí. Mi papá ha sido pastor desde antes de que yo naciera, y desde muy chiquita comencé a servir con él en la iglesia. A los cinco años quise cantar una canción especial en el culto para dar gracias a Dios porque mi mamá sobrevivió un accidente terrible. Ese mismo año pedí una guitarra para aprender a tocar y adorar a Dios. A los once ya enseñaba en la Escuela Dominical, y a los trece dirigía la música algunos domingos. En ese entonces no lo entendía, pero Dios me estaba preparando. Hoy llevo más de veinte años sirviendo como misionera en los Estados Unidos. Dios me preparaba cuidadosamente.
Así mismo pasa con los 400 años de silencio entre el Antiguo y el Nuevo Testamento: no eran un abandono divino, sino un tiempo de preparación para recibir a Jesús, la Palabra hecha carne.
Dios preparó cuidadosamente cada detalle del contexto histórico, político, cultural y religioso entre el Antiguo y el Nuevo Testamento para que, en el momento perfecto, el Salvador viniera al mundo. Él orquestó todo para cumplir Sus promesas y ofrecernos la adopción como hijos mediante Jesucristo. No dejó nada al azar.
Jesús vino en el momento perfecto, según la promesa del Padre. Y así como Dios preparó al mundo para recibirlo, también te está preparando a ti.
Padre nuestro, gracias porque cuando se cumplió el tiempo señalado, enviaste a Tu Hijo, que nació de una mujer y sujeto a la ley, para que redimiera a los que estaban sujetos a la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. Amén.
Para reflexionar:
* ¿Cómo cambia tu manera de ver tu pasado saber que Jesús te adoptó como hijo y ha estado guiando tu historia?
* ¿Qué momentos de tu niñez o juventud te vienen a la mente como señales de que Dios te estaba formando para algo más grande?
Diaconisa Noemí Guerra
© Copyright 2025 Cristo Para Todas Las Naciones
Suscríbete y recibe el devocional diariamente en tu e-mail:
