Entonces Booz les dijo a los ancianos y a todo el pueblo: «Ustedes son testigos de que hoy le compro a Noemí todo lo que fue de su esposo Elimelec, y de sus hijos Quelión y Majlón. Además, tomo por esposa a la moabita Rut, que fue mujer de Majlón, para que la posesión siga a nombre de su esposo muerto, y su memoria no se borre de entre sus hermanos ni de su ciudad. Ustedes son testigos hoy de este acuerdo»
(Rut 4:9-10).
El sacrificio de Booz por Rut y Noemí fue grande, ya que no estaba obligado por ley a casarse con ella, dado que ella no era viuda de un hermano suyo y tampoco era israelita. Aun así, Booz decidió asumir este papel, ya que el otro pariente de Noemí, a quien le correspondía hacerlo (el redentor primario) no lo iba a hacer. ¡Era un sacrificio realmente grande! Cuando Booz y Rut tuvieran un hijo, este niño perpetuaría el nombre del difunto esposo de Rut y se convertiría en heredero de su propiedad, a pesar de ser físicamente hijo de Booz, el redentor. Esto implicaba que Booz renunciaría eventualmente a sus derechos de propiedad en favor del niño. Su decisión fue un acto valiente y generoso.
No puedo evitar ver reflejada en la historia de Rut la obra redentora de Jesús en la cruz. Así como Booz actuó valientemente para redimir la situación de Rut y Noemí, así Jesús redime todo lo que Dios nos dio desde el principio. Su sacrificio en la cruz restaura nuestra relación con Dios y nos ofrece una herencia presente y eterna.
Así mismo, Dios nos llama a actuar de manera sacrificial en favor de los necesitados. Y no solo se trata de suplir necesidades físicas, sino de compartir el amor y la gracia de Cristo. Así como Booz tomó medidas para asegurar el futuro de Rut y Noemí, así nosotros compartimos la esperanza y la salvación que tenemos en Jesús.
Siendo conscientes de nuestra herencia en Jesús, compartamos con otros lo que hemos recibido de Él. Que nuestro corazón sea valiente para ser canales de la gracia divina.
Jesús, confesamos que no siempre vivimos reconociendo que nos has comprado con tu sangre preciosa, ni siempre compartimos tu herencia con los que no han oído las Buenas Noticias de tu salvación. Ayúdanos a recordar siempre quiénes somos en ti, para actuar conforme a nuestra nueva identidad redimida. Amén.
Para reflexionar:
*¿Qué necesitas hacer para aplicar la valentía y generosidad de Booz en tu vida, sobre todo cuando se trata de ayudar a quienes están fuera de tu círculo familiar inmediato?
*Como heredero de una rica posesión en Cristo, ¿en qué áreas de tu vida puedes actuar de manera más sacrificial en favor de los necesitados, tanto física como espiritualmente?
Diaconisa Noemí Guerra
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