Al pasar, Jesús vio a un hombre que era ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: «Rabí, ¿quién pecó, para que éste haya nacido ciego? ¿Él, o sus padres?» Jesús respondió: «No pecó él, ni tampoco sus padres. Más bien, fue para que las obras de Dios se manifiesten en él
(Juan 9:1-3).
¿Te imaginas a los discípulos de Jesús viendo a este hombre ciego y automáticamente asumiendo que él o sus padres debían haber pecado para merecer esa ceguera? Sin embargo, Jesús desafía esa perspectiva revelando que la situación no es resultado de un castigo, sino una oportunidad para que las obras de Dios se manifiesten.
¿Te ha pasado que te encuentras juzgando inconscientemente a aquel mendigo que vive debajo de los puentes de tu ciudad? ¿O a quienes sufren de afecciones de salud mental como depresión o ansiedad? ¿O eres tú uno de los que ha sido juzgado por los retos o afecciones que enfrentas? A veces tendemos a malinterpretar las dificultades de las personas, etiquetándolas como consecuencias de sus acciones pasadas. Sin embargo, la enseñanza de Jesús nos insta a ver más allá de esas interpretaciones superficiales.
Cada persona, sin importar los desafíos que enfrenta, es una manifestación de las obras de Dios, por lo que debemos abrir nuestros ojos a las oportunidades que Dios nos brinda para presenciar su gracia y poder en la diversidad. La inclusión y la aceptación de la diversidad nos permiten ver las obras de Dios en acción. Al mirar más allá de las apariencias y reconocer el valor de cada ser humano, estamos abriendo nuestros corazones y mentes a las maravillas de la creación divina.
Entonces, en lugar de buscar culpables, busquemos hoy oportunidades para mostrar amor, compasión y apoyo, reconociendo que en la diversidad encontramos la expresión más rica de las obras de Dios en nuestra comunidad.
Padre, reconocemos que hemos caído en la trampa del juicio inconsciente. Te pedimos perdón por las veces que hemos malinterpretado las dificultades de otros como castigos tuyos. Alinea nuestro corazón con la enseñanza de Cristo, para que podamos ver más allá de las apariencias y reconocer que cada persona es una manifestación de tus maravillosas obras. Amén.
Para reflexionar:
* Si has experimentado el juicio injusto de la sociedad, ¿cómo ha afectado, esa experiencia tu perspectiva hacia aquellos que también enfrentan dificultades?
* Considerando la enseñanza de Jesús sobre la oportunidad que representa la diversidad para manifestar las obras de Dios, ¿cómo podrías cambiar tu enfoque y darte la oportunidad de conocer a las personas con habilidades y desafíos únicos, en lugar de juzgar basándote en apariencias superficiales?
Diaconisa Noemí Guerra
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