Por tanto, es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que nos extraviemos. Porque si el mensaje anunciado por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió su justo castigo, ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? Esta salvación fue anunciada primeramente por el Señor, y los que la oyeron nos la confirmaron
(Hebreos 2:1-3).
No hay peor sordo que el que no quiere oír, solemos decir con cierto grado de frustración. ¿Acaso no hemos hablado claramente? ¿Cómo quieres que te lo digamos? Así nos dirigimos a nuestros hijos cuando vemos que nuestras palabras y consejos no tienen el efecto que esperamos.
Nuestro Padre celestial se dirige a nosotros de la misma manera. Mediante el autor de la Carta a los Hebreos, Dios nos anima a que «prestemos más atención a lo que hemos oído».
El firme mensaje de Dios, que castigó justamente toda transgresión y desobediencia en su pueblo contiene palabras que nos sacuden, incluso que nos pueden provocar un rechazo a Dios y a su iglesia. Pero es un mensaje necesario para que no nos distraigamos, para que reconozcamos que el pecado es cosa seria y que puede destruirnos para siempre. Dios no endulza al pecado ni al diablo ni la condenación eterna. Dios nos llama al arrepentimiento, a escuchar con atención y a obedecer su palabra.
Jesús es la palabra encarnada. Jesús es el lenguaje del amor de Dios que nos anunció la salvación que él logró al pagar por nuestros pecados en la cruz y al resucitar con victoria de entre los muertos. El autor de la Carta a los Hebreos nos dice que los que oyeron personalmente el mensaje de Jesús y conocieron personalmente su sacrificio, muerte y resurrección nos confirmaron este mensaje. Y quienes vinieron después de ellos confirmaron a las generaciones que siguieron y así seguimos haciendo nosotros, los que mediante la Palabra Santa hemos conocido el mensaje de la salvación.
Dios santo y justo, enséñanos a escuchar tu Palabra y a obedecerla. Amén.
Para reflexionar:
* ¿De qué manera te habla Dios?
* ¿Cómo les hablas tú a quienes te rodean?
Rev. Héctor Hoppe
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