Y él murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos
(2 Corintios 5:15).
¿Qué haces para prepararte para recibir invitados o familiares en tu casa? Hace poco mi mamá viajó a visitarnos. Para prepararnos, arreglamos la habitación donde se quedaría y coordinamos los detalles de su llegada. Mientras esperamos su visita, estuvimos ocupados preparando todo para su llegada.
¿Qué haces mientras esperas el regreso de Cristo? Pablo nos da una respuesta. En el versículo de hoy, Pablo estaba escribiendo a la iglesia en Corinto sobre la reconciliación con Dios a través de Cristo. Y nos recuerda que Dios nos ha dado el ministerio de reconciliar a otros con Él a través de Cristo mientras esperamos su regreso. Y es que el amor de Cristo nos motiva a vivir para Él y no para nosotros mismos, mientras esperamos su regreso. La muerte de Cristo cambia nuestra perspectiva y propósito de vida, e impacta nuestra relación con los demás.
En el Credo confesamos que Jesús es nuestro Señor y Salvador y que todo lo hizo para que nosotros seamos suyos y vivamos bajo él en su reino y le sirvamos en justicia, inocencia y bienaventuranza eternas, porque él resucitó de la muerte y vive y reina eternamente.
Nuestra vida no tiene significado si no tiene propósito. Y nuestro propósito de vida mientras esperamos el regreso de Cristo, es vivir para Dios y nuestro prójimo. Porque Dios nos hizo libres para que viviéramos bajo su cuidado y le sirviéramos a él y a los demás.
Padre nuestro, gracias por el inmenso amor que nos demostraste al enviar a tu Hijo para morir por nosotros y darnos vida eterna. Mientras esperamos su regreso, ayúdanos a vivir para ti y para nuestros semejantes, siguiendo su ejemplo. Amén.
Para reflexionar:
¿Qué tal si esta semana pones en práctica acciones tangibles para no vivir para ti mismo, sino para aquel que murió y resucitó por ti? Por ejemplo:
* Puedes dar tu tiempo ayudando en un refugio cercano sirviendo comida, organizando actividades o estando allí para quienes necesiten compañía y apoyo emocional.
* Puedes visitar un hogar de ancianos y pasar tiempo con ellos, escuchar sus historias y ofrecerles amor y atención.
* Puedes recolectar ropa y comida para familias que lo necesiten, trabajando con organizaciones locales que distribuyan estos recursos y mostrando el amor de Cristo mediante acciones de solidaridad y ayuda.
Diaconisa Noemí Guerra
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