Pero lo cierto es que él [Dios] no está lejos de cada uno de nosotros, porque en él vivimos, y nos movemos, y somos. Ya algunos poetas entre ustedes lo han dicho: Porque somos linaje suyo
(Hechos 17:27b-28).
Qué hermoso es recordar que Dios no está lejos de nosotros. Su presencia y obra se manifiestan a nuestro alrededor de maneras asombrosas y claras. Incluso los poetas paganos de antaño reconocieron que somos parte de la creación divina, que somos linaje de Dios. Los poetas a los que se hace referencia aquí son Epiménides y Aratus, dos griegos sabios que conocían la presencia y la obra de Dios, pero no querían abandonar a sus ídolos para responder a él en gratitud y alabanza.
No debemos ser como Epiménides y Aratus, porque el reconocimiento intelectual de la existencia de Dios no es suficiente para una relación genuina con Él. El amor incondicional de Dios nos capacita en nuestro Bautismo para reconocer que él está cerca y responder en adoración y obediencia. Abandonemos nuestros ídolos de autojustificación y arrogancia intelectual para responder a él en gratitud y alabanza.
Y la buena noticia es que Jesús nos otorgó el perdón. Él nos invita a arrepentirnos y a seguirle, con gratitud y alabanza, no meramente con un conocimiento lejano e intelectual.
Creer en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra, significa reconocer que Dios nos ha creado a nosotros y a todas las criaturas. Que Él nos ha dado cuerpo y alma, así como todos los sentidos y facultades que poseemos. También significa que, además, provee abundantemente todo lo que necesitamos para vivir: comida, vestimenta, hogar, familia y posesiones. Su provisión diaria es un acto de pura bondad y misericordia, sin que nosotros lo merezcamos. Por todo esto, debemos agradecerle, alabarlo, servirle y obedecerle con certeza y gratitud. Él no está lejos de nosotros.
Padre nuestro, gracias porque estás cerca de cada uno de nosotros, porque en ti vivimos, y nos movemos, y somos, porque somos linaje tuyo. Ayúdanos a responder con corazones agradecidos y vidas transformadas por tu gracia. Amén.
Para reflexionar:
* ¿De qué manera cultivas una relación genuina con Dios que va más allá del mero reconocimiento intelectual de su existencia?
* ¿Qué significa para ti creer en Dios Padre todopoderoso, no solo como el Creador del cielo y de la tierra, sino también como tu proveedor diario y el objeto de tu gratitud, alabanza, servicio y obediencia?
Diaconisa Noemí Guerra
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